Nació en el Cuzco en 1864 y sus padres fueron don Juan C. Álvarez y doña
María Dolores Castillo, hizo sus estudios en el colegio nacional de su
ciudad natal; cuando estalló la guerra con Chile en 1879, se presentó en
el batallón Cuzco y fue uno de los primeros en salir de campaña, por su
valor y entrega ascendió grado por grado rigurosamente y cuando termino
la guerra ya era capitán, en 1880 asistió a la batalla de los Angeles.
En 1884 y 85 tomo parte activa en la guerra civil que sostuvo el general
Cáceres contra el general Iglesias, durante esa campaña asistió a los
combates de Masma el 4 de julio de 1885, de Canta el 15 de agosto de
1885, Huaripampa el 15 de noviembre de 1885, de san Bartolomé el 29 de
noviembre y finalmente estuvo en la toma de Lima el 30 de noviembre y 1
de diciembre de 1885.
Durante la guerra civil de 1894 y 95 tomo parte activa en la defensa del
gobierno del general Cáceres, concurriendo a los combates de Cañete y
Yauyos en setiembre y octubre de 1894, luego en la del 17 y 18 de marzo
de 1895 en la sangrienta batalla de Lima; el 17 de diciembre de 1907 fue
ascendido a coronel otorgado por el congreso teniendo en cuenta
principalmente su valor y perfecta honradez.
El 1 de mayo de 1908 don Augusto Durand quien era un perpetuo
revolucionario se sublevo en Chosica, contra el presidente Pardo y se
adueñó del importante ferrocarril a la Oroya, cortando las
comunicaciones de la ciudad de Lima con el interior de la república, el
coronel Álvarez partió en el acto al frente de una división y a pesar
del corte de las líneas férreas los alcanzo y los derroto en los
combates de Chicla el 5 de mayo y Chinchan el 6 de mayo, los
revolucionarios maniobraron sobre los cerros cubiertos de nieve siendo
alcanzados y resaltaba sobre la blancura de la nevada la sangre
derramada.
En 1912 fue enviado a Europa como attache militar de la embajada del
Perú en España, con motivo del centenario de las Cortez de Cádiz,
pasando después a Alemania, Austria y Francia, visitando las principales
fábricas de armas y concurrió a las grandes maniobras militares
Alemanas y Españolas.
Terminaba el segundo periodo presidencial de don José Pardo en 1919,
hacia crisis la economía popular y el malestar era general derivado de
la guerra mundial, encarecieron los alimentos y había falta de
subsistencias, esto sumado al enriquecimiento ilícito de muchos
industriales y comerciantes que se beneficiaban con esta situación.
Por otra parte muerto don Nicolás de Piérola, el partido demócrata había
perdido fuerza y el partido constitucional se encontraba en decadencia,
solo se sostenía con la aureola de su jefe el ya anciano mariscal
Cáceres; en este ambiente de descontento y desorganización, surgió la
candidatura de don Augusto B. Leguía para su segundo periodo
presidencial, quien era apoyado ardientemente por la oposición y Leguía
fue apoteósicamente recibido por el pueblo a su regreso de Europa en
febrero de 1919.
El partido civil se encontraba apoyado por el gobierno, lanzan por
segunda vez la candidatura de don Antero Aspillaga un rico hacendado del
norte, la campaña electoral se tornó violenta y hubo muchas impurezas
en las elecciones resultando electo Leguía; las irregularidades
cometidas en la votación habían sido hechas por ambos bandos, pero la
corte suprema comenzó a anular gran cantidad de votos de Leguía, se
presentaba entonces el peligro de que el congreso anulase las elecciones
y se tomase la atribución de elegir al nuevo presidente, como ya había
sucedido en 1912 con desfavorable situación para Leguía, por cuanto el
congreso tenía una mayoría civilista, ante esta situación Leguía y sus
partidarios dan el golpe de estado el 4 de julio de ese año.
El general Álvarez y sus fuerzas toman palacio de gobierno y se apoderan
de la persona del presidente Pardo, quien es conducido a la
penitenciaria y luego deportado a Europa, asumiendo Leguía la jefatura
de gobierno con el carácter de presidente provisorio y procediendo a la
disolución del congreso; el 7 de agosto de 1919 el presidente don
Augusto B. Leguía crea el regimiento de la guardia republicana, a
semejanza de la guardia republicana de París, donde el general Álvarez
comprobó los eficientes servicios que prestaba la legión de la guardia
republicana de París, el general Álvarez fue nombrado jefe del estado
mayor del ejército y luego ministro de guerra y marina.
Durante el gobierno de Leguía Lima cambio, el área de la ciudad se abrió
avasalladoramente paso hacia el sur, amplias avenidas unieron Lima con
el Callao, la Punta, Miraflores, Chorrillos, Magdalena, Chosica, así los
balnearios limeños tuvieron continuidad con la ciudad, pero Lima aún
tenía sus rincones antiguos que no perdían su nostalgia, en algunas
plazoletas bajo la sombra de la torre y la pileta de la fuente murmuraba
aun el místico rezo.
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