domingo, 26 de julio de 2015
DON JUAN MANUEL ITURREGUI
Fue uno de los principales caudillos de la
independencia en el norte Peruano, don juan Manuel Iturregui nació en
Lambayeque en el seno de una acaudalada familia, estudio en el convictorio Carolino
de Lima siendo condiscípulo de Sánchez Carrión, el mencionado plantel tuvo bajo
el adelanto científico, pedagógico y liberal que le imprimió su director el
sacerdote Chachapoyano Toribio Rodríguez de Mendoza, quien fue precursor de la
independencia nacional y nutrió el cerebro y los sentimientos con el
liberalismo.
Doña Catalina Aguilarte viuda de Iturregui,
fue la madre de don Juan Manuel y ella lo dedico a las actividades comerciales,
por tal motivo lo envió a Panamá y Jamaica para adquirir mercaderías, pero en estos
lugares se puso en contacto con patriotas Colombianos, y se informó de las
campañas de Bolívar y decidió sumarse a los que luchaban por la independencia,
es así que en vez de emplear el dinero que llevo en la compra de mercaderías,
todo lo invirtió en adquirir considerable número de armas y municiones, las que
fueron distribuidas entre los patriotas de su suelo natal.
Existían en todas las provincias de la
intendencia de Trujillo, amigos sinceros de la emancipación y especialmente en
Lambayeque, a consecuencia del fuerte tráfico comercial con Chile y Panamá,
entre estos partidarios descollaba la adinerada familia Saco, a cuya causa
decidió sumarse don Juan Manuel Iturregui, estableciendo para ello una logia
secreta dada la naturaleza de los trabajos revolucionarios, estas reuniones se
realizaban en Lambayeque en la casa llamada Montjoy, en la que se leían y
comentaban los diarios que venían ocultamente de Colombia, Chile y Buenos Aires,
con noticias de la guerra de la independencia que ya se libraba por esos lares,
luego hacían circular los diarios dentro y fuera de la intendencia.
Muchos oficiales de la guardia nacional
eran ya miembros de la sociedad secreta, a sabiendas de que si eran
descubiertos su suerte seria la muerte, el destierro o la prisión en las
casamatas; la oportunidad de actuar llego al recibirse noticias del desembarco
de don José de san Martin en Pisco, para esto se constituyó con todo jubilo la
logia secreta en sesión permanente, uno
de los primeros acuerdos fue dirigir una comunicación a don José de san Martin
que ya se encontraba en Huacho, expresándole la firme adhesión de la logia a la
causa y la expedición libertadora, pero don José de san Martin ya estaba
informado de la existencia de la logia en Lambayeque mucho antes de salir de Valparaíso,
y había enviado un emisario con instrucciones escritas para que procedan a
proclamar la independencia deponiendo a las autoridades españolas y nombrando
un gobernador independiente.
Para esto la logia envió comisionados a las
provincias a fin de preparar el movimiento libertario y ganarse a las tropas, Torre
Tagle dirigió a Lambayeque una compañía del batallón Numancia al mando del
capitán Antonio Guerra, quien se alojó en la casa de don Juan Manuel Iturregui
y consiguió ganarlo a favor de la causa revolucionaria, en tanto la logia
reunida acordaba destinar en misión secreta a don Vicente Castañeda a Trujillo,
sujeto notable por su patriotismo y capacidad y se acercase al marques Torre
Tagle y procurase penetrar en sus planes y conocer la fuerza efectiva con la
que contaba, esta misión fue en los últimos días de noviembre de 1820, pues don
Juan Manuel Iturregui dice que el mencionado informe llego casi al mismo tiempo
que llegaron las comunicaciones de los
agentes enviados a las provincias, los
que informaron que los vecinos más notables se habían comprometido en secundar
el movimiento, por lo que la logia decidió realizar el pronunciamiento el 12 de
diciembre de 1820, pocos días después el coronel Juan del Carmen Casos
encargado de la comandancia militar de Lambayeque y gran miembro de la logia, convino
en el plan que consistía en capturar a los jefes españoles del cuerpo de
caballería que estaba al mando de don Antonio Gutiérrez de la Fuente, pero
después se cambió este plan por otro, que sin estrepito alcanzaría el mismo fin
y se ejecutó así; el coronel Juan del Carmen Casos ordeno el 27 de diciembre al
jefe del cuerpo de caballería que inmediatamente ese mismo día se pusiera en
marcha hacia Trujillo, bajo advertencia de si no acatar la orden el cuartel
seria tomado a viva fuerza, llego la noche de ese día y los jefes españoles no
cumplieron la orden y procedieron a cerrar las puertas del cuartel a las 9pm, entonces
el capitán cívico Pascual Saco Oliveros acompañado de un ayudante del coronel
del Carmen Casos se presentó e ingreso al cuartel a retrasmitir la orden del
comandante militar, como Saco Oliveros tardaba en salir el pueblo armado con
pocos efectos pero bajo la protección de las fuerzas del Numancia lanzaba vivas
a la causa libertaria y se lanzó a la plaza donde se hallaba el cuartel, pero
el elemento popular fue persuadido a que esperara el resultado de la comisión
del capitán Saco Oliveros, pocos momentos después salió Saco Oliveros e informo
que los oficiales españoles en un principio estaban preparados para la defensa
, pero después de haber reflexionado mejor aceptaron la orden de salir hacia
Trujillo, acto seguido dice don Juan Manuel Iturregui el capitán Pascual Saco Oliveros
arengo al escuadrón y mando abrir las puertas del cuartel y dejar que la tropa
se reuniese con el pueblo que lo aguardaba con los brazos abiertos, ansioso de
reiterar el juramento de ser libres que acababan de elevar al cielo, esta
exaltación suprema que a pocos hombres cabe la suerte de gozar solo una vez en
la vida, a las 10 de la noche del 27 de diciembre los miembros del cabildo Lambayecano
en número de diez, reunidos secretamente y en privado en casa de don Melchor
Sevilla, proclamaron la independencia y así los hallo la aurora el 28 de
diciembre de 1820.
El 31 de diciembre de 1820 se reunió el
ayuntamiento de Lambayeque, bajo la presidencia del subdelegado don José Díaz
de Arellano, las autoridades coloniales, la tropa y el pueblo que desde las
tres de la mañana ya se había congregado ratificaron la proclamación privada
del
27 de diciembre, y las autoridades políticas y municipales de Lambayeque se
despojaron recién de la potestad del régimen monárquico con las que estaban
investidos y la resignaron al pueblo en un acto solemne, público y
multitudinario.
En la mañana del 14 de enero de 1821 se efectuó
en Lambayeque la segunda proclamación publica de la independencia, en sesión solemne
presidida por el coronel Juan del Carmen Casos quien había sido elegido para
ejercer el nuevo régimen de gobierno independiente; las corporaciones seculares
que concurrieron al acto procedieron a jurar la independencia, la comitiva y el
público en general asistió al solemne Te Deum en el templo de la ciudad,
terminado el acto religioso retorno la comitiva al cabildo desde donde arengo a
la multitud el alcalde de primera nominación del nuevo sistema independiente
don Pedro Antonio López Vidaurre, y luego el presbítero Manuel Machuca, el acta
respectiva fue firmada por la nuevas autoridades de la independencia, el
coronel Juan del Carmen Casos, gobernador político y militar, don Pedro Antonio
López Vidaurre, alcalde de primera nominación, los oidores don José María Muga,
Eugenio Crisanto Yerren, José Poemape, Valentín Mondragón, Pedro Yuyas, Hilario
Gil, refrendado por el secretario patriótico don José Otiniano.
He aquí escuetamente el hermoso y patriótico
papel de Lambayeque y los que entregaron sus recursos económicos y su vida por
el triunfo de la libertad y la independencia del Perú.
domingo, 12 de julio de 2015
HISTORIA DE TESTAMENTOS INDIGENAS
En los antiguos protocolos de los hospitales de Lima, que tenía cada cual su propia personería jurídica independiente, con sus mayordomos y hermandades, con sus procuradores y abogados, quedaron innumerables testamentos de indígenas naturales y principales, que dejaban todo o parte de sus bienes a fundaciones de caridad, especialmente a favor del hospital que fundo Loayza, todo indica que hubo una maravillosa habilidad para obtener que la postrera voluntad de los que morían en las covachas de aquella casa de salud y misericordia, dejaran sus bienes en beneficio del mismo y hay algunos muy curiosos, que muestran la vida jurídica de aquel entonces.
Por ejemplo uno de ellos redactado en 1567, hecho ante don Antonio de Valencia por quien era el cacique de Huancavelica don Pedro Challamay, que revela que la real audiencia tenia intérpretes y era ese año don Pedro de Mora, quien intervino por no poder expresarse en castellano tal cacique.
Hay otro también muy interesante que es de una indígena principal descendiente de los caciques de Nazca, que se llamaba Juana de la Nazca y el escribano que autoriza el documento fue don Pedro Muñoz Riquelme, allí aparece nítida la famosa institución de la herencia de alma, donde figuran varios legados entre ellas una cantera, muebles, cerámicas y alhajas que dan una idea de la fastuosidad del siglo XVII hasta en las descendientes de los incas; aparecen en ese testamento varas de carmesí, encajes de plata, gargantillas de perlas, tembladeras de plata, cuentan las antiguas crónicas que doña Juana la testadora era viuda de un tal Nicolás de la Cruz Huamán, que por el apellido era oriundo de la región Chimú, donde era frecuente este apellido entre los naturales principales, este enlace parece tan curioso por ser personas de regiones diferentes y de gran significado en la cultura pre inca, que se caracteriza en la cerámica por aspectos tan diversos y tan valiosos, se menciona que testigo de este acto hecho en 1681 fue el licenciado don Antonio Velarde Bustamante quien era abogado en esta ciudad de los Reyes.
Y así fue pasando la vida, así, así, así, en la colonia, la espuma, la eterna gracia, el halito entre ingenioso y pícaro, que aparece en la niebla de la historia como un ballet, que discurre entre tapadas, caballeros emplumados, damas melindrosas, tal cual fraile gordo y lucio, tal cual conquistador con su epopeya.
viernes, 3 de julio de 2015
FRANCISCO LASO
Fue pictóricamente hablando más peruano que Ignacio Merino,
Laso inicio el camino hacia una representación de su propia tierra y puede por
tanto señalársele como el precursor, el empieza a precisar un afán sistemático
por la creación y sustento de un arte de orientación netamente Peruana, fue un
arranque de conciencia nacional y un despertar a nuestras propias bellezas, que
tuvo como punto de partida la sierra ya que ella reclamaba su representación
plástica.
Francisco Laso no solo fue un pintor sino también un
literato, nació en Tacna en 1823 y ya adolecente estando en Lima, obtiene una
beca y viaja a París y fue discípulo de Charles Glayre quien era un retratista
eximio, la obra más famosa de Laso iluminada con los destellos de la genialidad
fue la concepción de “santa Rosa de Lima” que se conserva en la pinacoteca municipal
Ignacio Merino, Laso se interesó mucho por los temas indígenas pero su espíritu
romántico les prestaba una distinción que el fino pincel estilizaba, es en la
sierra central en san Mateo que muere en 1869, era un artista de exquisita
inteligencia y de una espiritual sensibilidad, como escritor se distinguió por
su afán combativo de gran altura ética.
Contemporáneo de Ignacio Merino y Francisco
Laso,
debemos mencionar a Luis Montero (1826-1868) Piurano como Merino, su obra más
conocida es el cuadro “funerales de Atahualpa” de grandes dimensiones y pintado
en Europa, con el cual hizo un recorrido triunfal por varios países, este
cuadro muestra el dramático momento de la conquista.
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