sábado, 31 de mayo de 2014

PETRONILA.


LA CONQUISTA DE HUANCABAMBA

Con el advenimiento del verano y repuesto él ejercito de Tupac Yupanqui de la cruenta lucha contra los aguerridos Ayahuacas, se encamina a la provincia de Huancabamba, como se le conoce ahora, que deriva de (Huancapampa) que resulta de la composición de huanca y pampa, donde huanca o wanca significa (peñón) y pampa (suelo llano, extensa superficie de suelo cubierto de pasto).

Y es que Huancabamba, es una zona demarcada por una cordillera, surcada por numerosos y escarpados peñones, que abrigan llanuras extensas, de variados climas, el Inca Tupac Yupanqui quedo deslumbrado ante el tamaño de estas tierras y su numerosa población, pero que estaba formado de diferentes razas y lenguas, no existía unidad política, económica ni religiosa entre los Huancapampas, reinaba entre ellos divisiones completas, Vivian en constantes agresiones internas, por imponer la bondad de sus creencias religiosas, por ser pródigos en idolatrías, ya que adoraban, animales, plantas, ríos, lagunas, cerros, entre las aves adoraban al cóndor (kuntur) y al halcón (huaman), a la culebra (machahuay o macchakuay) las mismas que les servían en ocasiones por el veneno para sus flechas, entre los Huancapampas se presume reino el culto al dios Huari, pues cerca de la provincia existió la comunidad de indígenas, llamado templo de la vicuña (huari cancha) a estas divinidades y otras le hacían sacrificios humanos y de llamas blancas ( pacochas) entre las constantes luchas que realizaban entre sí, los Vencedores arrebataban como premio a las mujeres y niñas, y a los varones en rituales se los comían, por la desorganización imperante y también por conocer las noticias que sus vecinos los Ayahuacas fueron vencidos, la conquista de los Huancapampas, por parte del Inca Tupac Yupanqui fue fácil, no ofrecieron mucha resistencia, algunos huyeron despavoridos a los bosques y regiones frígidas, guareciéndose en las cuevas, la mayoría por no correr la misma suerte, acabaron por sujetarse al poderoso Imperio del sol.

Doto este noble Inca a los Huancapampas, de sacerdotes y personas versadas en los conocimientos de leyes y costumbres imperiales, les prohibió comer carne humana, con amenazas de muerte y su destrucción total, este prodigioso Inca se esforzó por aglutinarlos, a esta época se remonta el origen de los distritos de Canchaque, Huarmaca y Sondor, así como algunas de las aldeas campesinas como Cachsacoto y Pariamarca, que como un canto lleno de melodías se pronuncia, y me recuerdan una tonada.

Utek pampa

Utek pampita

Tus perdices son de ojos amorosos

Tus calandrias engañadoras cantan al robar

Tus torcazas me enamoran

Utek pampa

Utek pampita

Canchaque, hermosos paisajes y un excelente clima, el agua de sus vertientes es admirable, fue punto de llegada de los chasquis (mensajeros) su nombre dicen se formo así: Kancha ( patio, lugar o espacio cercado, corral sagrado) y Chaqui (pie)

Huarmaca, huarma (muchacho) o huarmi (mujer chica o manceba) y caca ( sierra) o ccacca (peñoleria).

Sondor, deriva de suntur, el padre Bernabé cobo afirma que Sinchi Roca invento el suntur paucar, cuando los jóvenes se preparaban para ser guerreros, ofrecían sacrificios al dios Viracocha, los que iban precedidos por el suntur paucar ( cetro de mando).

Cachsakoto, cachas ( espinas o campos de espinas) y koto (pequeña colina o morro donde hay una aldea o villa).

Garcilazo de la Vega apunta que las provincias de huancapampa, fue una de las mejores por su variedad de cultivos, por lo que el Inca Tupac Yupanqui, los llego a apreciar en demasía.

Miramos con asombro el movimiento de los conquistadores, pero olvidamos las proezas de Tupac Yupanqui, Huancabamba Y Ayabaca, dos provincias andinas, con un común destino, honra a la memoria de este sabio Inca en la medida que lo reclama su gloriosa estirpe, y su recuerdo resplandezca en nuestros corazones.

viernes, 30 de mayo de 2014

EL MAR PERUANO

Poco se habla de nuestro mar y el Perú es un país de extenso litoral, con amplias playas y otras pequeñas, y durante siglos las ondas del océano han sido la única comunicación con el mundo exterior; lo que mas me asombra es esa incomprensión y ese olvido para con nuestras 200 millas marinas.

La leyenda ha recogido el viaje del Inca Túpac Yupanqui, que consulta con Antarqui el nigromante que tenia fama de volar como las aves, que le dice que el viaje será favorable y el Inca envía una flota con 20,000 soldados selectos, la navegación les fue propicia, cuentan que arribaron a unas islas que se cree eran las Galápagos y trajeron de regreso gentes de color oscuro, mucho oro, una silla de latón, pellejos y quijadas de animales desconocidos, que se guardaron en Sacsayhuaman como trofeos, dicen que ha estas islas les pusieron por nombres, Ahuachumpi y Ninachumpi, que significan isla de afuera e isla del fuego.

Océano pacifico tu que bañaste las piernas de Vasco Núñez de Balboa, que meciste las naves de Bartolomé Ruiz, que viste a Francisco Pizarro trazar la raya que abrió a los trece del gallo el camino a la leyenda, tu que empujaste los barcos de Magallanes y meciste en tus olas a los piratas, que oíste el tronar de los libres cañones del 2 de mayo y la frase de dignidad ibérica de Méndez Núñez, tu que eres el asombroso sepulcro de don Miguel Grau, honra y prez de los caballeros del mar.

Tu como la vida en el flujo y reflujo que arrastran tus olas, dispersas la civilización y sus desdichas, Ingleses, Españoles, Yanquis, Noruegos, todas las razas, todos los colores, gente brava que se descarga en tumbos en los puertos y los bares, que reciben y devuelven los cinco continentes y los 7 mares, en la que también encontramos en sus cientos de huariques, desde la joven que triunfa, a la niña que ha dado su mal paso, hasta a las desmanteladas de la vida, a las que solo el lastre impide el naufragio, rubias o teñidas, blancas, sacalaguas, trigueñas claras, morenas, capulíes de velamen perfecto, algunas son tan bien despachadas que jalan mas que un remolcador, con el grato calor que da las mentiras del amor a precio.

Cuanta patria para todos en tanto mar como hay, cuantos puertos acogedores para nadar y producir, el agua fría de la corriente de Humboldt me cala hasta los huesos y veo el edificio de lo que fue la Compañía Peruana de Vapores, y recuerdo como esta empresa que en su mejor momento tuvo 25 barcos que recorrían todo el mundo, llego a desaparecer por la culpa de los malditos corruptos que la dirigieron, todo esto lo vi con mis ojos asombrados y abiertos de joven vaporino, también fui testigo de los pescadores en su momento de gloria, llevar anillos, brazaletes y otros objetos todos de oro, y cerrar los lenocinios para ellos solos, el boom de la pesca acabo y todo se vino abajo. 

Esta hermosa tierra arrullada con la frase de Raimondi, el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro, sucede que en nuestra patria el mañana del blanco, el no me da la gana del mestizo, el manan taita del indio, son los 3 pies cojos en los que caminamos como pueblo; el océano pacifico es simiente fecunda, por eso el Perú es un pueblo que hasta cuando es malo, se le siente bueno.

jueves, 29 de mayo de 2014

VÍBORA.


FLORA TRISTAN

Flora Tristan en su libro peregrinaciones de una paria, se llama así misma compatriota y amiga de los Peruanos, lo que en cierto modo nos da el derecho de considerarla así, en la biblioteca de la cultura Peruana, dirigida por Pedro Ventura Calderón y auspiciada por el gobierno del general Benavides, la presentan así: Flora Tristan 1803-1844, la mas linda de las parisienses, adulada, festejada y cortejada por todas las gentes de pro.

La familia de los Tristan, perteneció a uno de los apellidos mas ilustres de la colonia, durante el virreinato de don Manuel Amat y Juniet, insurgió con caracteres históricos ilustrando los anales de Arequipa, con los nombres de 3 hermanos, don Mariano, don Domingo, y don Pió; en 1802 don Mariano Tristan se encontraba en Bilbao donde conoció a una linda emigrada francesa, Teresa Leisne, con la que contrajo un matrimonio precipitado, regresando con ella a Paris y recibiendo en el hogar y como una bendición del cielo, el nacimiento de una niña, el 7 de abril de 1803, a la que bautizaron con los nombres de, flora celestina teresa Enriqueta Tristan Leisne.

Don Mariano dependía exclusivamente de los bienes que poseía en el Perú, pero en esa época la escuadra Inglesa había impuesto un severo bloqueo al comercio Español, el buen caballero se vio privado de sus ingresos y pronto la miseria se enseñoreo en su casa, imponiéndole una vida de privaciones, que lo sumieron en la desesperación, hasta terminar con su existencia en el curso del año 1808, mientras Flora su hermano y su madre, quedaron en la calle, porque hasta su casa fue confiscada por ser propiedad de un súbdito Español, luego su hermano muere al cumplir 10 años; como la miseria se mostraba de manera implacable, Flora tuvo que trabajar en diferentes oficios, hasta que un día se empleo en el taller del pintor y grabador Andrés Chazal, que termino enamorándose de la belleza de Flora, y casándose con ella cuando aun no había cumplido 21 años.

Pronto los caracteres de los esposos resultaron incompatibles, por la insignificancia del pintor, y la selección espiritual de Flora, pronto vinieron los disgustos, los pleitos, y finalmente el abandono del hogar, contaba con dos hijos Ernesto y Alina, que la abuela tomo a su cargo, en tanto Flora ensayaba diferentes trabajos para el sustento diario, viajo a Inglaterra e hizo gestiones para separarse legalmente del marido, sin ningún resultado, y es entonces cuando resuelve emprender el viaje con destino al Perú, el 7 de abril de 1833, cuando cumplía 30 años, se embarco en Burdeos a bordo de la goleta el Mexicano; Flora no contaba con los documentos del casamiento de sus progenitores, porque el padre Rocellin que había efectuado el matrimonio en Bilbao, desapareció llevándose los libros de la parroquia.

Al llegar al Perú, su tío don Juan Pió, la admitió y alojo en su residencia de Arequipa, pero procedió con doblez, no vacilo un instante en negarle todo derecho ante la ley, Flora Tristan después de su permanencia, desde septiembre de 1833 hasta julio de 1834, regresa a Francia a bordo del barco Ingles William Rusthom, mas pobre que nunca; tras una serie de líos con el marido, un desalmado que llego a preparar un incesto con su hija Alina, y de herirla con un arma de fuego, es cuando Flora se entrega a una intensa labor social y literaria, colabora con la revista L´artiste y le voleur, en 1837 presenta a los diputados una petición sobre el restablecimiento del divorcio en Francia, y al año siguiente, publica peregrinaciones de una paria en dos volúmenes, posteriormente publica el arte después del renacimiento, y una novela romántica llamada menfis, en 1840 era ya una mujer notable en los círculos intelectuales de Paris, había llegado la hora de su gloria, la revista le charivari, publica un magnifico retrato de Flora, hecha por el pintor Laune, lanzando el grito de la unión obrera, luego recorrería toda Francia en misión social.

Escribe Flora Tristan, en mi posición de apóstol del socialismo, no tengo tiempo para enfermarme, y agregaba la unión obrera necesita lo siguiente:

Primero, constituir una unidad compacta e indisoluble

Segundo, dotar a la unidad obrera de un enorme capital, mediante una cotización voluntaria de cada uno de ellos

Tercero, adquirir mediante ese capital un poder real

Cuarto, mediante tal poder, prevenir la miseria y el hambre, y dotar de una ayuda para una educación sólida, racional y capaz de hacer de los hijos del obrero, hombres instruidos y hábiles en una profesión

Cinco, exigir que se recompense el trabajo dignamente

A pesar de su afirmación de carecer de tiempo para enfermarse, Flora Tristan sufrió el 9 de noviembre de 1844, una congestión cerebral que en cinco días acabo con su existencia, tenia 41 años, el 16 se le enterró en el cementerio de Chartreaux, ante una compacta multitud de trabajadores, los obreros y los intelectuales organizaron una suscripción, que encabezaron hombres de la talla de Víctor Hugo, Eugenio Sue y otros inmortales, con cuyo producto se le erigió un monumento, con la siguiente inscripción ( a la memoria de madame Flora Tristan, autora de la unión obrera, los trabajadores agradecidos, libertad, igualdad, fraternidad, solidaridad.)

Y así, así como pasa la vida, su hija Alina se caso con el periodista Clovis Gauguin, de cuyo matrimonio surgió uno de los pintores mas grandes de todos los tiempos Paúl Gauguin.

EL LEGENDARIO FITZCARRALD

Remontando el Ucayali en una lancha fluvial. Después de haber cursado el caudaloso rió Huallaga, hasta su confluencia con el Marañon, padre de nuestro gran rió Amazonas, que es el cordón umbilical de la América del Sur; escucho la historia de un hombre legendario, Carlos Fermín Fitzcarrald López, el cauchero, era enhiesto, cuadrado de hombros, barbado, poblada las cejas, de erguida frente y mirada límpida y audaz, osado y fuerte, impulsivo y hábil, bondadoso y cruel, de cortas palabras, de acción y de hechos. 

Que lo motivo ir hacia la selva, desde San Luis de Huari, su pueblito minero Ancashino, bajo el rutilante Huascaran, pero hasta esta floresta llego y en los pocos años vividos que acabaron pronto, fue como el paso de un cometa, luz y fuego, tenia como ideal el vivir intensamente y morir joven con los zapatos puestos; escucho a muchos decir, que puede hacer un hombre solo, y la respuesta es, mucho, uno solo recuerda a los demás que deben de serlo, los hace tener fe, luchar, ser dignos del alto titulo de ser varón. 

Empezó de simple cauchero, pero su mente poderosa y su gran sentido de la organización, aunado a una gran personalidad, impusieron acción, se trajo desde Moyabamba a centenares de jóvenes, y se hizo con el misterio de su fuerza interior, de miles de nativos, que lo seguían en los mas duros trances, abriendo trocha, y los mas extraño es que a los naturales los hizo trabajar, comprenden el milagro, nadie se explica, ni aun sus amigos, que mágico poder ejercía, para hacerse obedecer, querer y respetar, pero los nativos lo siguieron en masa, descubrió el istmo que lleva su nombre, y con ellos y sus hombres jaloneo la ruta de haciendas, barracas y tambos, desde Iquitos hasta Madre de Dios, y a través de estos miles de kilómetros ascendía la civilización y la Peruanidad, sostuvo luchas implacables con la naturaleza y con algunas tribus feroces e irreductibles, que le devolvían sus regalos atadas a las puntas de las flechas envenenadas, y les impuso a veces castigos escalofriantes, ejecutándolos en lotes por decenas a tiros de Winchester. 

Y un día de infortunio para la patria naufrago en el Urubamba, su muerte es digna de su vida, extraordinario nadador, pudo haberse salvado fácilmente, pero este hombre lo era por todos los lados y como tal era leal, nado furiosamente en el intento de salvar a su socio y amigo, cuando hallaron su cadáver, sus brazos de acero lo tenían aun dos días después, lo apretó tanto que ni siquiera la muerte pudo hacer que lo soltara. 

Cundió en toda la selva el grito, repetido como un eco por miles de voces, Fitzcarrald a muerto, y entonces los nativos llenos de dolor, empezaron a destruir, arrasaron las haciendas, los tambos, que jalonaban el mañana, con estos actos destacaron aun mas la grandeza de la persona, probaron que solo a el temían y amaban, a solo un hombre, Fitzcarrald, Peruano impar, de simple cauchero, se convirtió en el gonfalonero de la civilización, fue un hombre extraño, poseedor de admirables virtudes y grandes defectos, en su mente Vivian imágenes que lo impelían a la acción, tanto era ingeniero como medico, explorador y geógrafo, sabio y artista, hombre de empresa y aventurero, matarife y humanitario, demonio y santo, religioso y ateo, pero Peruano siempre, símbolo suyo, muy bien podrían ser dos Ángeles, el ángel exterminador, y el ángel de la anunciación, así era Carlos Fermín fitzcarrald López, el cauchero. 

martes, 27 de mayo de 2014

LA PALIZADA - LOS MOROCHUCOS.


LA PACHAMANCA

El viento mecía las hojas de los arboles en este setiembre tranquilo y soleado, frente a la figura de dombo de basílica en la que se preparaba la pachamanca, oficiaba como cocinero don Sebastián acompañado de su inseparable perro alderan.

Sobre el enorme cráter que servía de sede a la alta bóveda pétrea, que cocía una hecatombe de carnes tiernas y apetitosas al vapor de las piedras calizas calentadas al rojo vivo, con un triple empedrado de camotes, habas, yucas de seda y suaves papas arenosas cosechadas en el pueblito de Allauca, en las chacras de mis abuelos llamada mishcupampa; enladrillado de cuyes y lechones emparejados en su glorioso martirio por trozos de cabrito, carneros de riñón tapado, lonjas de carne de vaca, cuartos de pollo y perdices, abrigados todos con una frazada de pastos frescos, champeados con la arcillosa tierra de las márgenes del rio Rímac, el místico aroma rezumaba hacia afuera llegando hasta el cielo, con el olor de apoteosis de la pachamanca.

Esta es la cúpula de san Pedro de Roma con todo su santoral dentro, dijo elevando la voz el padre Arcadio, nacido en Andalucía en España, amigo y confesor de la familia, mientras empezaba el destechado de la deliciosa pachamanca, que inicio el saqueo y el ambiente se lleno de frases; pélame unas papas cholito, que voy por un poco de ají, ¿quieres cielo mío un pedazo de cada pieza? Que esto huele a santo, venga ese mate de chicha y un pedazo de queso de esta mi tierra Matucana.

Llegaban mas amigos, los saludos y las presentaciones de los invitados, mientras la comilona transcurría animadísima, rumorosa de vocinglerías y el jolgorio caminaba a tono aguijoneado por el pisco Moqueguano, la cerveza espumosa, la chicha de jora, tocaba la estudiantina típica de la juventud matucanina, huaynos, Huaylas, cumbias, bailando detrás de las pircas de piedra entregados a un chapaleo furioso, la alegría va y viene en marejadas de tristeza.

Matucana la villa del clima perfecto, que me vio nacer y acuno mi infancia, por siempre será aquel alberge querido, que se asemeja a un nido, tibio en la distancia, toda luz, ritmo y fragancia.

LAS CANTUTAS ROJAS

La calle del mercado en el Cuzco, mostraba el ir y venir de la gente y las vendedoras hablaban entre sí en su lengua nativa, cuando de pronto lo vi pasar y la expresión de su rostro era de una gran tristeza, apretaba los labios manchados de coca, unas arrugas marcaban su frente y unas húmedas gotas aparecían en su pálidas mejillas, era uno de tantos campesinos quechuas, un hombre joven de la raza aun no contaminada, todo el pasado estaba en el, como si los años remotos hubieran vuelto, era de mediana estatura, ancho de espaldas, iba calzado con unas ojotas hechas de llanta de camión, los pantalones de bayeta azul traían el polvo vagabundo de lejanos caminos, su poncho tejido de figuras geométricas y de agradables colores, entonces ya no repare en las mujeres, ni en los niños y los ancianos, el aire traía aromas de nardo y huacatay empujaba un triciclo alquilado por un par de soles, en el cual había un bulto cubierto con un poncho pallay, del cual se escucho un quejido breve y hondo y una mano enjuta y trigueña se recogió como apretando una lagrima que se movió lentamente, luego él se detuvo me miro con humildad en su gris silencio de resignación, hablaron sus ojos negros al mirarme y luego dijo, tengo los pies cansados pero llegare hasta el hospital, sabes taita viajero a quien llevo, llevo a mi madre .

Quede frio, la pena era hielo en mi corazón, que grandeza de alma en su humildad primitiva, así como él fueron los quechuas en remotos tiempos, la raza fuerte milenaria aun no contaminada de los males fieros de otras razas, vapuleado en su cultura y saqueado en sus riquezas, era un Inca mozo que traía en la copa chata de su montera unas cantutas marchitas.

Vi con los largos ojos de la imaginación, la choza de piedra en la que madre e hijo habitaban en las faldas de un cerro bermejo de peñas bravías, vi las pieles de llamas y vicuñas, las mantas tendidas en el suelo donde dormían, la chaquitaclla de arar con el pie recostado en una esquina, el ichu de los pajonales, el tinajón de la chicha de jora en fermentación, el saco de chuño y la papa seca, el telar bajito plantado en la tierra, una hermosa quena hecha de caña y en su jardincito muchas cantutas rojas, y una tarde ella la madrecita vieja, la de las trenzas renegridas, la de los dientes blancos y desgastados, la de los ojos de melancolía y de voz suave, ella la encarnación de los tiempos idos, dejo de apretar las tramas con el rukey puntiagudo y brillante hecho de tibia de vicuña, ya no pudo contemplar a su placer las cantutas rojas nacidas en su palmo de tierra buena y bien regada, fueron a traer a la casa al laika ( curandero ) que dijo recatadamente en grave confidencia que a la madrecita antigua la tierra la jalaba de las piernas atrayéndola a su seno, no había remedio seria inútil todo empeño por salvarla, la madre tierra la llamaba como llama siempre a todos sus hijos, el Inca mozo lloro en las sombras, el laika se fue hablando solo entenebrecido.


Fue entonces que el abandono la casita de piedra y las peñas familiares de ojos sombríos, el riachuelo de agua dulce y fresca, el pedazo de cielo, el palmo de tierra sembrado de cantutas rojas, el panorama primitivo y magnifico de escalonados montes azules, noche y día cargándola en su espalda llevaba a su madre enferma, a la luz del sol, a la luz de las estrellas, a la luz de la luna, hasta el hospital de los pobres a donde llego tan grave que solo quedo verla partir hacia la eternidad.

Sobre una peña en el cerro natal, bajo el remoto cielo limpio e inalcanzable una cruz de sihuy rodeada de cantutas rojas, en la noche de intima y sosegada luz amorosa de las estrellas, las cantutas tiemblan cuando rompe a llorar con su canto Inca una quena pastoril que besa la tierra que llama a sus hijos que no los devuelve nunca, entrega su corazón con el hondo llanto de su flauta que parece decir.

Madrecita antigua
Madrecita buena
La noche ha llegado
Porque no me llevas.

domingo, 25 de mayo de 2014

IDOLO


EL TESORO OCULTO EN HUAURA

En las cercanías del convento de la concepción desde donde aromatiza todo el sector un acendrado olor de santidad, atemperado con suaves fragancias de mixturas monjiles, soporta su asmática ancianidad la casa Márquez, un caserón vetusto, solar engolado cuyo frontón partido blasona con sus aires de grandeza; la nobiliaria mansión venida amenos ofrenda las canastillas de celosías moriscas de sus balcones de cajón y su enorme portón que al cerrarse gime sobre sus goznes, con su gregoriano canto rechinante, tiene un zaguán uncioso que al decir de las beatas todavía penan, entre ruido de cadenas, animas olvidadas que recogen sobre las baldosas sus pasos en las noches, salen a contemplar los sitios en que tras los fuegos fatuos se esconden dentro de tinajas contantes onzas de oro.

Del artesonado pende un farol que espía a través de las rejas lanceoladas, el oleo colorista del patio de ladrillos pasteleros, flanqueando el salón principal una puerta nos conduce al traspatio, que es un retablo de limeñidades, donde en el limbo de las noches sombrías, bajo la complicidad de unos focos que dan una luz muy tenue, que impone silencio, se cuentan leyendas de almas condenadas y de decapitados, que pasan en procesión de pesadilla, llevando entre las manos sus exangües cabezas cercenadas, en la ventana de reja de esa casa en donde el encanto de la Lima que se va salmodia a bien morir, conocí a don Gabriel Márquez, un anciano solitario de tez blanca, descendiente de los conquistadores, lo visitaba algunas veces y poco a poco nos hicimos amigos, un domingo llegue a su puerta con un pisco de Pacaran, empezó a contarme sus experiencias y sufrimientos, las profundas arrugas de su frente se hicieron mas pronunciadas conforme consumíamos la botella de aguardiente, me dijo que toda su gran fortuna lo dilapido su padre don Rosendo Márquez y su amigo y socio Hans checches, en el año 1921 consiguieron se les permitiera la búsqueda del gran tesoro Español, por cuenta y riesgo de los solicitantes y procedieron a verificar los trabajos de exploración, para descubrir las galerías subterráneas y el tan codiciado tesoro, pero los trabajos avanzaban lentos, recién el año 1932 descubrieron una parte de las galerías subterráneas en la hacienda “el ingenio” con 2 ramales completamente obstruidos, se desmonto una bóveda de grandes dimensiones dentro de la zona denominada “ el campanario” pero solo encontraron un brazalete y un anillo de piedras preciosas, supuestamente caído a los portadores ¿le dije don Gabriel de que tesoro esta hablando? Cierto de que tesoro hablo, me miro y dijo Manuel tu eres bastante ambicioso y este tesoro espera a su dueño, quizás seas tu el elegido, esto causo la ruina de mi familia y nunca lo pudieron encontrar, pero ya estoy cerca del fin de esta existencia y tu eres el único amigo que me queda, todo lo he vivido y consumido hasta las heces, te contare esta historia lo tengo grabado a fuego en mi memoria.

El virreinato languidecía amenazado por el ejercito libertador que comandaba el general José de san Martin, la escuadra de Lord Cochrane se encontraba estacionado en la bahía de Paracas desde el 7 de setiembre de 1820 y amenazaba bloquear el puerto del Callao, las fuerzas del general Arenales habían librado una batalla en el centro del Perú con las fuerzas realistas, que fueron derrotadas en toda línea por la división enviada por el general san Martin y tomaron posesión del este de Lima, esto aumento los temores del virrey y los realistas que justificaban el pánico de los Españoles ricos que no tenían limites, pues se veían cada día amenazados por el ejercito libertador, en estas circunstancias el virrey dio la orden para que se reunieran todos los tesoros privados de Españoles enriquecidos en el Perú para ser enviados a España, conjuntamente con los tesoros de la corona y la iglesia, acatando la orden del virrey los Españoles y extranjeros que también se sumaron residentes en Lima y sus alrededores vaciaron sus arcas en las cajas de seguridad de la aduana del virreinato, era un tesoro en cantidad, variedad y riqueza varias veces superior al rescate de Atahualpa, cientos de millones de oro, objetos de plata y rica pedrería, tesoro reunido durante todo el dominio colonial y ocultos en el Perú de la codicia de la corona.

El virrey don Joaquín de la Pezuela, entonces para mayor seguridad dispuso que este gran tesoro de las mil y una noche fuera enviado al pueblo de Huaura, para ser depositado en la casa de la aduana del virreinato que funcionaba en la finca del duque de san Carlos, allí se reunieron todos los caudales, inventariándose escrupulosamente y guardándose dentro de una bóveda subterránea, que formaba parte de una enorme galería a fin de ponerlo a buen recaudo del ejercito de san Martin, para desde allí poderlo embarcar hacia España cuando llegara el barco solicitado de antemano a la península, pero debido a las dificultades internacionales y los reveses sufridos en la batalla de Trafalgar, estando además bloqueado el océano pacifico por la flota libertaria, que comando primero el almirante Blanco Encalada y luego por Lord Cochrane que domino a la escuadra Española desde Valdivia hasta Paita, esta contingencia decidió al virrey que todo fuera guardado en una bóveda subterránea hasta que oportunamente fuera conducido con todo sigilo por la galería secreta que partiendo de la casa del duque de san Carlos por un ramal llega hasta el cerro "centinela" frente a la caleta de san Juan de Vegueta, desde donde se pudiera embarcar sin que sospecharan los del ejercito libertador, pero no contaba el representante de su majestad el Rey, el desembarco intempestivo en Huaura del general san Martin el 9 de noviembre de 1820 con todo el grueso de su ejercito, aterrados los Españoles por el temor de que el cuantioso tesoro cayera en manos del libertador, esta fortuna amasada durante siglos, decidieron entonces antes que el ejercito patriota se ubicara cabalmente en la ribera contraria del rio Huaura, en ese hermoso y exuberante valle cambiarlo de lugar.

Pero ya el alto mando se reunía en el cuartel general de Aznapuquio, donde ya se encontraba Canterac, Valdés, Valle Umbrosio, García, Camba, Seoane, Leriga, Agustín, Ortemin, Tur, Rodil, Narváez, los que manifestaron que la convocatoria tenia por objeto tomar acuerdos radicales que salvaran al Rey de España y al ejercito realista de la ruina a la que los condujera el virrey Pezuela, discutido el asunto se aprobó enviar un manifiesto ultimátum al virrey, instándolo a entregar el gobierno a otra persona que seria el excelentísimo señor don José de la Serna.

El virrey Pezuela ante la presión y el temor que le infundían sus propios lugartenientes de Aznapuquio, cedió al ultimátum que fue llevado por el coronel Antonio Seoane y abdico el poder a favor de la Serna; mientras tanto en Lima seguían las represalias de los realistas contra los patriotas declarados, sufrían abusos sin cuento, tropelías mil a fin de atemorizarlos y contener el desbande creciente que se operaba a diario, soldados y oficiales se pasaban en masa a las tropas libertadoras, los campos de los alrededores de Lima estaban abandonados, la labranza paralizada, los negros esclavos dispersos, el hambre y la pobreza se ensañaba entre los mestizos y el pueblo, el descontento de las tropas realistas era palpable, en menos de 4 meses por la mala política del virrey Pezuela se había perdido 400 hombres en Ica y Palpa, 480 en Izcuchaca, Jauja y Tarma, 200 mineros armados en Cerro de Pasco, 200 del general O Really, 600 del "Numancia" inquietados por José de la Riva Agüero, 500 del " victoria", 250 del escuadrón "Carabayllo", 200 en Trujillo, 1500 en Guayaquil, media división de Ricaford, la perdida de la fragata "esmeralda" tomada por el almirante Lord Cochrane en la bahía del Callao en la noche del 3 de noviembre de 1820, con provisiones para 3 meses y pertrechos de guerra para 2 años, incluso el almirante, la oficialidad y 200 hombres prisioneros; en duelo aparte 150 tripulantes perdidos entre muertos y heridos durante el ataque y perdida de la goleta "Aránzazu", luego siguió la caída de las provincias de Canta, Chancay, Yauyos, Huarochirí, Tarma, Trujillo y Guayaquil y algo peor aun la perdida de la influencia moral que debe tener todo jefe para ser obedecido, junto con dicha influencia el prestigio y la estimación, el desastre de Cerro de Pasco tuvo origen en la falta de refuerzos por la deserción del "Numancia" y la carencia de medidas precautorias, se perdió Trujillo y Guayaquil por la mala elección de los gobernadores.

El virrey Pezuela estaba pues completamente desprestigiado a ojos de todos los realistas civiles y militares, este virrey era tan parlanchín que todo lo contaba, todo lo anunciaba de antemano y de allí que los mejores planes del estado mayor eran conocidos a diario en el cuartel general de Huaura, pues los supuestos mas fieles amigos de palacio eran los mas connotados espías de San Martin, en vista de todos estos fracasos y desastres se le pidió entregar el poder; al asumir el gobierno la Serna, el alto mando decide trasladar el tesoro rápidamente entre el ramal de la galería subterránea que llegaba a la capilla de la hacienda " el ingenio" donde residía en aquella época don Manuel del Villar, contador de las arcas reales del virreinato y casado con la duquesa de monteblanco propietaria de dicha hacienda, desde allí distribuyen el caudal en 3 partes dentro del intrincado ramal que partía de la casa del duque de san Carlos y continuaba hasta llegar a la capilla ya mencionada, esta galería alcanzaba una dimensión de 2 kilómetros, después de ocultar el tesoro, levantar los derroteros en un croquis, firmar el acta respectiva y dejar las señales convenidas de antemano y ordenadas por el propio Manuel del Villar en persona, se procedió a obstruir las entradas de acceso, borrar toda huella que denunciara bifurcando la dirección en otros sentidos a fin de confundir y despistar en caso necesario a audaces invasores, luego los portadores y cargadores entre indios y negros, los soldados que hacían guardia y 2 oficiales vieron aparecer gente armada que los asesino y sepulto para borrar y desaparecer toda posible fuga de información.

Según los relatos de mi padre existen 2 versiones sobre la ubicación de este fabuloso tesoro, unos dicen que la galería cuenta con muchos ramales, uno va hacia el rio Huaura, otro se dirige al cerro "el Carmen", otro que va a morir bajo la capilla del hospital, esta capilla conservaba bellezas de otras épocas y que había pinturas de frescos en las paredes y en las covachas subterráneas lo que demuestra que sirvieron de escondite, donde depositaban sus tesoros los jesuitas, otro ramal que llega a la capilla de la hacienda "el milagro" pasando por la iglesia de los Franciscanos, aseguran que a mas de estos existen otros 2 ramales, uno que va a la hacienda "Vilcahuaura" y otro que llega a la hacienda "Caray" que se prolonga varias leguas de distancia y termina en la hacienda "Quipice".
La otra versión es aquella que asegura que estas galerías subterráneas que se encuentran dentro del perímetro de Huaura son solo 3, que estos forman un triangulo teniendo los puntos equidistantes uno en la casa del duque de san Carlos a la que pertenece el histórico balcón, que desde este punto parte una línea recta que va bajo la capilla de la hacienda " el ingenio" y que luego de 2 kilómetros corre una línea que pasando por el subsuelo de la iglesia de " san francisco" avanza hacia la costa y termina en el Cerro Centinela, que queda frente a la caleta de Vegueta, de este cerro parte otra línea que pasando bajo la iglesia de la plaza principal termina en el punto de partida o sea el subsuelo de la casa del duque de san Carlos.

Huaura fue pues desde el 9 de noviembre de 1820 el paraje obligado de don José de San Martin, no se sabe si el gran general tenia sospechas sobre este enorme y valioso tesoro oculto bajo el subsuelo; en Huaura se dieron cita todos los espíritus insurgentes y liberales que amaban su autonomía, el cuartel general del libertador fue ubicado en la hacienda "el ingenio" mientras que la casa del duque de san Carlos fue destinado para cuartel del regimiento, diariamente afluían nuevos simpatizantes, fue tanto el prestigio y la sugestión que traían las nuevas ideas libertarias que en un solo día el 8 de diciembre de 1820 según el testimonio del historiador español don Juan de Torrente se pasaron del ejercito realista al ejercito patriota, 38 oficiales y 1 cadete de la división acantonada en Aznapuquio; el general don José de san Martin y su ejercito con ingenio y audacia causo la caída del virrey don Joaquín de la Pezuela y la perdida del virreinato del Perú del dominio Español.

LA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS (ULTIMA PARTE)

Si ello fue así el ardid surtió sus efectos y por cedula despachada en el Pardo con fecha del 19 de octubre de 1567, el Rey encargaba al presidente y oidores de esta Real Audiencia que le informasen de lo que estaba pasando, luego añadía vos mando que envíen a dicho consejo relación particular(70) obtenía a la sazón el gobierno del virreinato y presidia la Real Audiencia el licenciado Lope García de Castro, quien sometió la información que el Rey pedía al oidor Bravo de Saravia, se hizo con copia de declaraciones y testigos y su resultado contribuyo a crecentar el pliego de instrucciones que se le dio al virrey Francisco de Toledo cuando vino a reorganizar el virreinato(71) la visita general del reino y las importantes reformas que luego le sucedieron dilataron el ver el caso de la universidad, no obstante los frecuentes pedidos del claustro que aunque se mostraba un poco más complaciente con su nuevo rector(72) no por eso deponía sus deseos de reforma y sus anhelos de independencia, este caso de la universidad recién se lleva al Real Acuerdo en mayo de 1571, y con el parecer del virrey Francisco de Toledo provee un auto autorizando a los doctores y maestros para elegir un rector laico, capaz de promover la reforma y de llevarla a efecto, se aducía a este intento como causal jurídica el proceder a elegir rector(73).



Se decía que se hubiese procedido legalmente notificando el auto al rector fray Antonio de Hervias, pero ello se omitió reuniéndose secretamente el claustro y sus miembros laicos y eligieron como rector a don Fernando de Valenzuela, alcalde del crimen de esta Real Audiencia quien era graduado en derecho en la universidad de Osuna, y aquí en la ciudad de los Reyes disfrutaba de cierto prestigio siendo su catedra muy frecuentada(74) luego que este procedimiento se hizo público y el despojo inferido al prior rector se sancionaba, los Dominicos se irritaron de tal suerte que estaban dispuestos a cerrar la universidad, antes que permitir que los laicos se apoderasen del rectorado, suspendieron las cátedras y clausuraron las aulas echando de su convento a los catedráticos que pretendían seguir sus cursos y también a los estudiantes que lo secundaban; entretanto el procurador del convento fray Diego de Corvaran, interponía ante la Real Audiencia la correspondiente querella de despojo y pedía se anulase la elección del doctor Valenzuela, por cuanto ella adolecía de insanables defectos legales, la Real Audiencia sin embargo desestimo la demanda y sostuvo la legalidad de la elección, fundándose en que el claustro no había hecho sino cumplir con el auto gubernativo del virrey Toledo que mandaba elegir un rector laico; reanimados con este éxito los doctores y maestros acordaron conminar al provincial y para este efecto lo mandaron notificar con el secretario de la universidad, para que señalase lugar cómodo para hacer claustro y para examinar y dar grados(75) era a la sazón provincial el Rdmo fray Alonso de la Cerda, quien respondió al atrevido requerimiento del claustro promoviéndole un nuevo juicio ya por vía ordinaria.

De acuerdo con el auto que desechaba la nulidad planteada por el procurador del convento, la Real Audiencia proveyó otro apercibiendo al provincial y ordenándole dejase actuar al claustro y suministre los aposentos donde funcionaba la universidad, y que si dentro de tres días no cumplía con lo mandado se autorizaría a los doctores y maestros para que ubicaran otro lugar, el provincial de la Cerda no tomo en consideración aquellas providencias e insistió en desconocer la elección del doctor Valenzuela y la calificaba de clandestina(76) entonces el claustro remite la causa a la Real Sala del Crimen, y ambos bandos intensifican la lucha y la amenaza de trasladar la universidad a otro lugar no amedrenta a los frailes, decían que si perdían el predominio que habían venido ejerciendo cerrarían la universidad; con el ingreso de la causa a la real sala del crimen se notificó al procurador del convento el 6 de julio de 1571, y este contesto reafirmándose en su tesis de atentatoria e irrita la elección de un nuevo rector; sin embargo todavía intento el claustro una conciliación con los Dominicos, para este efecto los doctores y maestros presididos por el doctor Valenzuela, se encaminaron al convento del Rosario el 19 de julio y trataron de entrevistarse con el Rdmo fray Antonio Hervias, este sin permitirles el acceso les increpo duramente su conducta, su ambición y sus intrigas, haciéndolos responsables de la suerte futura de la universidad, decía que no habían sido convocados los religiosos de la orden que por derecho debían intervenir en ella, él no podía permitir que un cuerpo extraño a su institución y que un gobierno autónomo viviera medrando dentro de sus claustros.

Bien comprendieron entonces los nuevos miembros de la universidad que su permanencia en el convento de santo Domingo se hacía imposible, pues su prelados y frailes se mostraban ahora hostiles, olvidando los desvelos que también a ellos le costara la organización y desarrollo de la universidad; esto lo manifestaron ante la Real Audiencia y pidieron trasladar la universidad de aquel convento y la mandase instalar en la casa de los padres de la compañía de Jesús, así se hubiera dispuesto pero los Jesuitas no quisieron malquistarse con los Dominicos y albergar en su colegio una institución ajena y con gobierno autónomo, para esto se excusaron sagazmente alegando que su colegio se acababa de fundar, que todo estaba en obra y no había comodidad alguna; resolvieron entonces los nuevos directivos de la universidad aventurar una última tentativa, que si resultaba favorable podría modificar la situación creada y normalizar la marcha de la universidad, es así que en la tarde del 21 de julio de 1571 mientras la comunidad oficiaba en el coro la víspera de santa María Magdalena, protectora declarada de la orden, los doctores y maestros lograron penetrar a los ambientes de la universidad y ahí se disponían a sesionar, cuando se presentó de improviso fray Antonio Hervias y con tono altanero e iracundo dijo "idos con Dios, aquí no habéis de hacer claustro vosotros, solo haréis el claustro en que yo mande como rector(77) y dicen que el doctor Sánchez Renedo le respondió "dejadnos en paz y no nos perturbéis" a ello respondió el enérgico prior Hervias "no consentiré que en esta santa casa donde soy único señor, hagáis nada contra mi voluntad, soy prior y rector de la universidad".

Torno Sánchez Renedo a requerir al prior que los dejase quietamente hacer su oficio, volviéndose entonces el padre Hervias a uno de los religiosos presentes le dijo con voz airada, id y llama a los demás frailes, entonces los presentes entendieron que se provocaba el conflicto y acudirían a medios violentos(78) quisieron cerrar las puertas, y se armó tal algarada entre frailes y laicos que poco falto para que las espadas se cruzasen con los garrotes y llegase la sangre al rio; continuaba el incidente y crecía el vocerío, los ánimos se agriaban más y más, entonces llegaron unos negros bozales cargando los sillones y colgaduras que el doctor Valenzuela mando traer, pues los frailes habían desmantelado el lugar sin duda con el propósito de obstaculizar, y evitar que el nuevo rector tomase posesión oficial de su cargo y pudiese ejercer su jurisdicción, la llegada de los negros irrito aún más al prior quien ordenó a sus frailes que los echaran fuera, estos ejecutaron la orden descargando todo su enojo sobre aquellos infelices negros, que sin tener culpa debieron sufrir las consecuencias de las discordias de sus señores; quiso entonces el doctor Valenzuela dominar la situación del claustro, con voz fuerte y ademan solemne requirió al prior en nombre de su majestad el Rey que se retirase, pero el vigoroso carácter del padre Hervias no transigía ni deponía su actitud, cuando sus derechos yacían conculcados; entonces tomo la disputa inverosímiles proporciones y el prior se empezó a retirar y los frailes comenzaron a cerrar la puerta y dejaba dentro prisioneros a los laicos, forcejearon e impidieron que esta se cerrara y hubo palabras gruesas de ambas partes(79) la real sala del crimen intervino y pidió el desalojo de la sala a los laicos, que acataron la orden y se retiraron dando vivas a su rector.



Viendo el doctor Valenzuela que el rectorado se le hacía ilusorio, pues no podía funcionar la universidad ni actuar el claustro, acordó con los doctores y maestros acudir a la Real Audiencia y pedirle autorización para que los grados y actos escolásticos solemnes se verificasen en la iglesia mayor , para este efecto el 23 de julio se resolvió así y la Real Audiencia emitió el auto respectivo , de Verbo ad Verbum, siendo notificado el mismo día por la tarde el prior fray Antonio de Hervias, luego fue notificado el procurador fray Diego de Corvaran, quienes no respondieron nada ni hicieron oposición alguna(80) entonces se comenzaron a leer los cursos en las casas de los catedráticos, las conclusiones semanales y colaciones vespertinas se suspendieron, la universidad se vino tan a menos que ya no tenia de tal solo el nombre, aunque el rector Valenzuela movía secretamente poderosas influencias y enviaba al prior Hervias muchos intermediarios y valedores, nadie lograba arrancarle la más ligera concesión, porque su entereza de carácter rayaba en lo inverosímil, ni los regidores más caracterizados de la ciudad, ni los padres de la compañía de Jesús, ni los mismos inquisidores pudieron doblegarlo, entretanto ya era setiembre de 1571 y llegaba a la ciudad el virrey don Francisco de Toledo, quien tornaba de una de sus frecuentes visitas a las provincias andinas, y enterado de los sucesos que en buena cuenta el había preparado y dejado(81) tomo a su cargo la reorganización de la universidad y aunque pudo conseguir que el prior Hervias se desistiese de los juicios, no le fue posible obtener que la universidad volviera al convento Dominicano, y menos que actuara con gobierno autónomo.

Y es así que el dudoso porvenir que había venido amagando la existencia de la universidad, se definía al cabo satisfactoriamente y ya el 11 de octubre del referido año se reunía el claustro, sancionando acuerdos de vital importancia e incoaba las reformas y comenzaba a planear las futuras ordenanzas de la institución(82) y su definitivo establecimiento en el antiguo asilo de san Juan de la Penitencia, mientras todo esto sucedía en esta ciudad de los Reyes, la fundación de la universidad era aprobada y confirmada por la santidad del Papa Pio V, según y de la manera con las calidades y condiciones que la majestad del emperador la hizo y la instituyo, como consta en la Bula datada en Roma el 25 de julio de 1571, y por las letras apostólicas concordantes.

(70) reproduciendo la solicitud del arzobispo y su procurador. Ver cedulario arzobispal de Lima, tomo III.

(71) el virrey Francisco de Toledo hizo su entrada a esta ciudad de los Reyes, el 26 de noviembre de 1569, recibiendo el mando de manos del gobernador Lope García de Castro.

(72) como ya lo mencionamos el Rdmo fray Antonio Hervias, tenía el priorato y el rectorado de la universidad por segunda vez.

(73) ver Levillier: gobernantes del Perú tomo III, correspondencia del virrey Francisco de Toledo.

(74) no obstante que los graduados de la universidad de Osuna, no tenían muy buena acogida y así lo da a entender Cervantes, cuando ridiculiza en su Quijote a cierto licenciado graduado en Osuna.

(75) autos que sigue el procurador del monasterio de santo Domingo de esta ciudad de los Reyes, contra la universidad. Del antiguo archivo de la real audiencia de Lima.

(76) y lo era efectivamente, puesto que no fue citado a ella fray Antonio Hervias, quien debió presidirla, tampoco estuvieron los catedráticos de la orden, porque se presumía que pudiesen de alguna manera entorpecer.

(77) véase el expediente citado en la nota 75.

(78) y al intento dicen los autos, "se entendió que los llamaba para resistir a los dichos señores y echarlos fuera de dicha capilla, por las palabras encolerizadas y actos".

(79) echo muchas veces manos a la puerta de dicha capilla para cerrarla, estando los dichos señores dentro y por irle a la mano personas que allí estaban, que también echaban mano de dicha puerta que impedían que la cerrase, y sobre este caso hubo palabras fuertes de uno y otro lado.

(80) data de aquella época el patronazgo de la universidad sobre la capilla de nuestra señora de la Antigua, pues el cabildo se la asigno al claustro, para que en ella se verificasen las colaciones de grados, bajo la presidencia del Arcediano, quien los confería a los graduados con las mismas solemnidades que solía revestir aquel acto las universidades Españolas.

(81) y para evadir los efectos legales de las reposiciones y apelaciones dilatorias, tan luego como despacho el auto que autorizaba a los doctores y maestros laicos para elegir rector secular, se encamino a la sierra a reorganizar las nuevas reducciones.

(82) estas no fueron acrecentando en los sucesivos claustros, debidamente recopiladas se editaron en Lima.
PARA VER MAS VISITEN CUALQUIERA DE MIS PAGINAS ELECTRONICAS, QUE SON LAS SIGUIENTES:
http://www.loscuentos.net/cuentos/local/zorin/

http://www.textale.com/el-vaporino/

domingo, 18 de mayo de 2014

ILUSION PERDIDA


LA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS (CUARTA PARTE)

El padre Alonso Guerra era oriundo de España y vino muy joven al Perú, cuando la fama de su opulencia entusiasmaba hasta a los menos audaces incitándolos a correr en pos de la fortuna, pronto contribuyeron los desengaños a templarle el espíritu trocando en el las aspiraciones terrenas por otras más espirituales y nobles, obediente a la voz de la gracia el año 1547 solicita el habito dominicano en el convento del Rosario de esta ciudad de los Reyes, se la concedió de buen grado el Rdmo fray Domingo de Santo Tomas prior a la sazón de esta casa, al año siguiente emitía sus votos monásticos y comenzaba los cursos ordinarios de artes y teología en las aulas de su convento; años más tarde y como prior del convento dominicano de la ciudad de Arequipa, intervino en el capítulo electivo que en julio de 1569 se celebrara en esta ciudad de los Reyes, actuando en el cómo definidor, aun no había fenecido aquel año cuando el convento del Rosario lo eligió prior y como tal asumió el rectorado de la universidad reteniendo ambos cargos solo dos años hasta 1571, pues su quebrantada salud lo obligaron a reasignarlo en busca de un mejor clima sus prelados lo enviaron al convento de santa Ana de Huamanga(59) aunque no logro restablecer sus dolencias la suavidad del clima contribuyo sin embargo a mitigársela; se encontraba pues en ese lugar entregado a las austeridades propias de su estado y viviendo ajeno a las menudas ambiciones que suelen agitar a frailes menos austeros, cuando lo sorprende en 1576 los reales despachos que le participaban su promoción a la sede episcopal del Paraguay, vacante por el fallecimiento del obispo fray Juan de Almaraz, de la orden de san Agustín quien no había llegado a obtener las Bulas ni a tomar posesión de su iglesia(60) habiéndose echo la presentación del Rdmo Guerra el 27 de noviembre de 1577, los gastos que devengara la curia pontificia y la expedición las hizo la real hacienda, pues el Rey no ignoraba que la pobreza del nuevo prelado no iba a poder cubrirlos, aun así cuando llegaron las Bulas a la ciudad de los Reyes su ejecución hubo de postergarse por largo tiempo, y hubiera sido poco menos que imposible si el virrey don Martín Henríquez de Almanza y el arzobispo don Toribio Alfonzo no le hubiesen contribuido con sendas limosnas, que le permitieron hacer los gastos de pontifical y luego llevar a cabo su consagración, que solo pudo verificarse el 10 de agosto de 1582, cuatro días antes de la apertura del tercer concilio provincial(61) desde luego que el Rdmo Guerra fue uno de los padres que intervino en aquella memorable asamblea de la iglesia, y que sancionaron los atinados decretos que ahí se debatieron y acordaron, así los obstáculos que se le presentaron y que retardaron su consagración, vinieron al cabo a beneficiarlo pues le permitieron vincular su nombre al más importante de los concilios indo hispanos.

Ahora los encontrados intereses que se agitaron en el concilio, y la multitud de asuntos civiles y eclesiásticos que ahí se debatieron, contribuyeron a multiplicar sus sesiones ordinarias y a retardar sus acciones solemnes, se prolongó por más de un año(62) solo a fines de 1583 emprendía el Rdmo Guerra su viaje al Paraguay y al comenzar el año siguiente tomaba posesión de su diócesis; su actuación en el episcopado fue ardua y zas difícil, pues su carácter austero e intransigente con los abusos y corruptelas, le suscito enconos en el clero y serias enemistades con algunos vecinos de Asunción, cuyos alcaldes llegaron al extremo de capturarlo en su propio palacio episcopal, luego lo embarcaron en el rio Paraguay con rumbo a Buenos Aires, alegando que la adusta conducta del prelado traía agitados a los encomenderos(63) llego con sus acusadores a Buenos Aires y aún no habían tenido aquellos sujetos tiempo para entablar su querella, cuando un repentino accidente vino a arrebatarle la vida al alcalde que lo conducía preso y que traía la voz cantante del cabildo de la Asunción, este acontecimiento aterrorizo a los regidores que lo acompañaban pues todos eran cómplices del alcalde, entonces cada cual trato de evadirse no hubo quien actuase la acusación contra el prelado Guerra que quedo libre y sus detractores corridos; no intento sin embargo el Rdmo Guerra volver a la Asunción, desde Buenos Aires escribió al Rey narrándole los sucesos y sus causas renunciando irrevocablemente al obispado y pidiendo licencia para volver a su convento de Lima, mas como su rectitud y celo quedasen suficientemente acreditados y con las indagaciones que luego se hicieron, la respuesta del Rey fue trasladarlo a la diócesis de Michoacán en el virreinato de México, vacante entonces por el fallecimiento del Rdmo fray Juan de Medina y Rincón, fraile Agustino.

Preconizado el 17 de marzo de 1591 paso luego a regir su nueva iglesia, como allí le cupiese actuar en un medio mejor organizado y más culto, su labor fue más proficua y su celo pastoral logro mayores frutos, mereciéndole preferente atención la evangelización de los naturales y el mejor régimen de sus doctrinas, a la sazón un tanto descuidadas y para asegurar el éxito de su reforma fundo un convento de frailes de su orden(64) de sus virtudes y buen ejemplo en la sede de Michoacán solo lo separo la muerte, pues falleció en 1596 en la ciudad de Valladolid de la nueva España que en ese tiempo ya era cabeza de la diócesis.

Volviendo a nuestra historia de la universidad y como ya fue relatado el padre fray Alonso Guerra solo estuvo dos años como prior y como rector, pues por cuestiones de salud dejo ambos cargos, el padre maestro fray Antonio Hervias volvía al priorato del convento del Rosario y al rectorado de la universidad, cargos que obtenía ahora bajo mejores auspicios pues en su anterior gobierno, el provincial fray Pedro de Toro con quien disentía en puntos doctrinales(65) no lo dejo trabajar y perjudico su labor, ahora con el nuevo provincial el padre fray Alonso de la Cerda gozaba de gran valimiento; durante el efímero rectorado del Rdmo Guerra ya se comenzaba a advertir en el claustro cierto descontento, debido en gran parte a la poca pericia del rector, si bien su bondad y virtudes eran recomendables su cultura era deficiente, comparada con la actuación de los anteriores rectores su actuación resultaba desmedrada, y como no satisfacía los anhelos del claustro ello contribuyó a fomentar el desconcierto, y que cobrase mayor vigor los proyectos de reforma que ya se debatían osadamente entre los doctores y maestros laicos, quienes preconizaban un régimen de elección libre que los emancipase de la tutela de los priores, confiando el gobierno a los más doctos y capaces de sustentarlo honrosamente(66) por otra parte los mismos frailes dominicos habían contribuido a que se creara tal conflicto, pues llegaron a monopolizar el régimen de estudio de la universidad, que acabaron por hacerlo inaccesible a los hombres doctos que entonces florecían en el clero y en las demás ordenes, y aun en el seno de la real audiencia olvidando que la universidad era legitimo patrimonio de la ciudad de los Reyes(67).

De ahí que la rebelión del claustro contra la autoridad de los priores rectores fuese ganando terreno, creando opinión entre los vecinos y principalmente entre los clérigos y los frailes quienes la alentaban con entusiasmo, porque de su buen éxito dependían las reformas y con ellas medrarían muchos, hasta parece que el propio arzobispo fray Jerónimo de Loayza simpatizaba con aquel movimiento no obstante su carácter y vinculaciones con los dominicos, todo indica que si porque algunos años antes en 1566 don Alonso de Herrera su procurador en la corte, pedía al Rey en nombre del prelado que se mandase erigir en esta ciudad de los Reyes una universidad, porque eran muchos los hijos de Españoles legítimos y mestizos que lograrían dedicarse al estudio y los apartarían de actividades peligrosas, que en esta parte se solía fomentar (68) en ese memorial nada se decía de la universidad que ya por varios años venía funcionando en el convento de santo domingo, y que en sus aulas se dictaban diversas cátedras y frecuentemente se conferían grados, se incorporaban al claustro doctores y licenciados graduados en universidades españolas(69) como nada de esto podía ignorar el arzobispo Loayza es probable que formulase su petición al Rey, con el deliberado propósito de provocar una intermediación oficial, que contribuyese a abrir las puertas de la universidad a muchos hombres doctos, a despecho de la impolítica intransigencia de los dominicos.


(59) de esto dice el maestro Meléndez, que es la ciudad de Huamanga “lugar de los más templados que tiene el Perú” de tesoros verdaderos de las indias, tomo I libro V cap. IX.
(60) falleció en su convento de san Agustín de Trujillo, el 5 de abril de 1592 cuando hacia la visita canónica de aquel convento, pues era el provincial. Del libro “Monasterios apuntes para la historia de los Agustinos en el Perú”.
(61) el concilio celebro su sesión solemne de apertura el 15 de agosto de 1582.
(62) la quinta y última sesión solemne se celebró el 18 de octubre de 1583.
(63) porque les reprochaba sus crueldades e injusticias con los indios, conminándolos con censuras eclesiásticas.
(64) dice el padre Hernaez, que fundo también un monasterio de carmelitas descalzas, pero en esto parece haber un error y no ser exacto, puesto que el primer monasterio de la reforma carmelitana que se erigió en las indias, se estableció en Puebla en 1604, pero en 1593 siendo todavía obispo de Michoacán el Rdmo Alonso Guerra fundó en Valladolid hoy llamado Morelia, el convento de frailes carmelitas descalzos, de ahí parece provenir el error. De colección de bulas tomo II y del libro Santa Teresa de América página 290.
(65) aquel sostenía que las comunicaciones espirituales obtenidas con la intervención de la médium María Pizarro procedía de ángeles y santos, en cambio el padre maestro Hervias atribuía todo aquello a espíritus malignos y acusaba de supersticiosos a cuantos intervenían en los exorcismos, ver el libro de Medina “historia de la inquisición de Lima, tomo I.
(66) ello no podía lograrse con rectores impuestos a voluntad de los conventuales, que en sus capítulos electivos más tenían en cuenta las condiciones monásticas del candidato, que las necesidades científicas de la universidad.
(67) cuyo cabildo prohijó el proyecto del padre maestro San Martin y le dio forma legal, incluyéndolo en el pliego de instrucciones que le diera a sus procuradores.
(68) de ahí que las revueltas encontrasen siempre gente resuelta a correr el albur de una rebelión armada, y jugarse la vida en la contienda.
(69) era uno de los cargos que los émulos hacían a los dominicos, no precisamente porque incorporaban sino porque dispensaban aquella gracia a personas ineptas, que cuando llegaba a obtener cátedras desprestigiaban las aulas, así lo afirmaba el virrey Toledo y de ella se hacía eco Felipe II en su real cedula del 16 de julio de 1572. De gobernantes del Perú tomo III correspondencia del virrey Francisco de Toledo.

LA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS (TERCERA PARTE)

El tercer rector que gobernó esta universidad fue el Rdmo don fray Alonso de la Cerda, quien sucedió en 1562 al padre Argumedo en el priorato del convento del Rosario y que retuvo hasta 1565; era natural el padre de la Cerda de la villa de Cáceres en Extremadura, procedía de una antigua y noble familia de aquella provincia, vinculada acaso con la ilustre estirpe de Medinaceli, apenas entrado en la adolescencia quiso correr fortuna por tierras de indias, pues siendo en su casa segundogénito no vislumbraba en su patria el porvenir que anhelaba, que un mancebo de su calidad bien podía ambicionar, así con la ayuda e influjo de los suyos le facilitaron los medios para poder embarcarse y pasar así al nuevo mundo; es muy probable que viniese al Perú en el sequito de criados y familiares que trajo consigo el licenciado Vaca de Castro, cuando vino a componer las diferencias que agitaban a Pizarro y a Almagro, que traían a los conquistadores divididos en opuestos bandos, dada la corta edad en la que vino el padre de la Cerda apenas seria uno de los pajes del licenciado.

Con la llegada del virrey Núñez de Vela feneció aquí la misión e investidura de Vaca de Castro, como es de suponer su comitiva comenzó a disgregarse tratando cada cual de buscarse en esta tierra el mejor acomodo(40) fue entonces que el joven de la Cerda acordó abrazar el estado religioso ya que el de cortesano le había resultado tan inestable, habiendo solicitado el habito de santo Domingo en el convento de esta ciudad de los Reyes, se la dio el Rdmo fray Tomas de San Martin en 1545, habiendo emitido sus votos monásticos el año siguiente; en 1557 fue ordenado prior del convento que tenía su orden en nombre de Dios(41) en 1559 desempeñaba igual cargo en el de san Pablo de Arequipa, y como tal intervino en el capítulo que celebrara su provincia en esta ciudad de los Reyes, en 1561 actuó como definidor y al año siguiente fue elegido prior, siendo el primer hijo del convento del Rosario que en el obtuvo la dignidad prioral(42) en un aparte se cuenta el funesto fin que tuvo fray Pedro de Toro quinto provincial de los dominicos en el Perú(43) quien murió en la prisión de la santa Inquisición, hubo de determinar aquí por parte de la orden una detenida investigación de los hechos, al efecto el Rdmo general de ella de acuerdo con el consejo de indias, envió como visitador extraordinario al padre maestro fray Diego de Osorio, quien después de haber llenado su misión con reconocido acierto, acordó convocar a la provincia a capitulo electivo, congregada está en el convento del Rosario el año 1569 salió electo provincial el padre de la Cerda, fue el sexto prelado mayor que gobernó la provincia.

Concluyo su cuatrienio el padre de la Cerda en 1573, en el capítulo que le dio por sucesor el padre fray Andrés Veles(44) y que se celebró en esta ciudad de los Reyes a mediados de aquel año, fue nombrado definidor general por la provincia del Perú y procurador de ella en la corte real y pontificia, pues de su sagacidad y ejecutoriada pericia prometía a sus electores singulares frutos(45) su actuación en España fue acertada(46) y el consejo lo tuvo en cuenta para recomendarlo al Rey y proponerle la mitra de la provincia de Honduras, cuya sede episcopal después de haber estado en Trujillo, se acababa de mandar fijar en la ciudad de Comayagua o Nueva Valladolid(47) donde había fallecido su ultimo obispo fray Jerónimo de Corella; se le despacho las bulas y letras apostólicas, su respectiva ejecutoria y pases reales, el nuevo obispo se consagro en España y por el año de 1577 retornaba a las indias y tomaba posesión de su diócesis, donde todo estaba por hacerse pues los frecuentes traslados de sede no habían permitido a los anteriores prelados establecerse debidamente, con todo venciendo las dificultades inherentes al medio la iba organizando el padre de la Cerda, en su postrero y definitivo asiento cuando lo sorprendió la real cedula que lo promovía a la cede de las Charcas, vacante entonces por el fallecimiento de fray Alonso Granero de Avalos, cuarto obispo de aquella santa iglesia(48) en 1588 ya lo encontramos en la ciudad de los Reyes de paso para su nueva iglesia, disfrutando aquí del afecto y consideración de sus antiguos amigos y discípulos, y lo que más extrañaba era la vida escondida y apacible de aquellos santos claustros que otrora hicieron las delicias de su espíritu, luego de arreglados los asuntos de su iglesia prosiguió viaje a la ciudad de la Plata la metrópoli de su diócesis(49) que lo recibió alborozada y obsequiosa, pues le había precedido la fama de sus virtudes(50) empero aquella legitima esperanza no llego a fructificar porque el señor se lo llevo a su gloria el año de 1592 cuando comenzaba el año cuarto de su gobierno.

En 1565 cesaba en el priorato del convento del Rosario el Rdmo fray Alonso de la Cerda, y lo asumía el Rdmo fray Antonio Hervias obteniendo con el cargo el cuarto rectorado de la universidad, ya por aquel entonces perfectamente organizado y floreciendo; el padre Hervias era oriundo de la villa de su nombre en tierras de Logroño, procedía de una antigua familia de honrados labradores, que poseían en ese lugar anchos prados y buenas heredades de labranza, el padre Hervias estudiaba en Salamanca y fue donde solicito y obtuvo el habito Dominicano en el insigne convento de San Esteban, allí profeso y prosiguió sus estudios alcanzando con los años a graduarse y a regentar una catedra de artes, posponiendo las ventajas que podía vislumbrar en San Esteban y en la universidad de Salamanca, decidió venir a tierra de indias agregándose a la copiosa misión que el Rdmo don fray Domingo de Santo Tomas saco con cedula real de las provincias dominicanas de Castilla y Andalucía, y con otros religiosos de su orden arribo con fortuna a tierra firme, de ahí prosiguió su viaje a esta ciudad de los Reyes, llegando en 1557(51).

Donde comenzó aquí el padre Hervias a intervenir en las actividades de la universidad, dada su versación con los usos y costumbres escolásticas, pronto se organizaron las aulas y se regularizaron los cursos y como el llevara las conclusiones y colaciones vespertinas, vino a ser el oráculo de los estudiantes y consultor obligado de los prelados y tribunales de la ciudad (52).

Como ya lo mencionamos el padre Hervias en 1565 sucedía al padre de la Cerda, en el priorato del convento del Rosario y en el rectorado de la universidad, su periodo de gobierno debía pues fenecer normalmente en 1568 pero no sucedió así, porque se encontraban agriadas sus relaciones con el provincial fray Pedro de Toro, a quien enrostraría sus tratos supersticiosos con la ilusa María Pizarro(53) es así que de Toro lo retiro del cargo de prior y rector y procuro que eligiesen al padre fray Francisco de la Cruz, su confidente en los tratos con la Pizarro y con las entidades ultraterrenas que se dice mediante ella se manifestaba.

Breve y tumultuoso le vino a resultar el priorato al padre Hervias, cuando aún no alcanzaba a servir su cargo ni siquiera un año, pues en 1566 ya lo obtenía el padre Francisco de la Cruz quien por enero de ese mismo año escribió al Rey, y como rector de la universidad le informaba de las cosas que sucedían aquí, ponderando la inobservancia de los monasterios, la poca religión que se advertía en clérigos y laicos, le insinuaba algunas reformas a su juicio muy necesarias, le pedía enviasen a esta tierra a la Santa Inquisición, sin presagiar el pavoroso fin que el destino le tenía reservado en manos de la terrible Inquisición(54) el padre Francisco de la Cruz era natural de Lopera, villa de la orden de Calatrava en la diócesis de Jaén y en términos de Andújar, siendo niño un clérigo de esa villa se encargó de su primera educación, cuando ya se encontraba suficientemente instruido en latinidad y demás cursos que integraban el trívium, sus padres modestos vecinos del lugar(55) haciendo un gran esfuerzo lo enviaron a Salamanca y luego a Granada, mas no se encontraba muy a gusto y abandono las aulas donde cursaba artes, furtivamente se marchó a Alcalá donde era mayor el concurso de estudiantes y la vida más liviana; no satisfecho con aquel ambiente solicito el habito de santo domingo en el convento de la madre de Dios en aquella villa, cuyos religiosos lo acogieron con benignidad, admitido así en la orden los prelados lo enviaron a Madrid en cuyo convento de Atocha profeso, luego reanudo sus estudios con singular ahínco llevando una vida austera durante cuatro años, cuando debía cursar teología paso a estudiar en el convento de Toro, que era por entonces uno de los estudiantados de la provincia Dominicana de Castilla, como advirtiesen luego los prelados la capacidad del joven estudiante bien se podía sacar algún provecho, acordaron enviarlo al colegio de san Gregorio de Valladolid, donde los estudios teológicos alcanzaban a la sazón merecido renombre; allí se encontraba estudiando cuando fray Domingo de Santo Tomas, de paso por aquel colegio lo invito a venir con él a esta ciudad de los Reyes, donde su actuación podía ser acaso más proficua que en Castilla, dado el reducido número de religiosos letrados que se encontraban en esta parte, habiendo aceptado paso luego a Toledo y se ordenó de subdiácono, y poco después con dispensa de los intersticios canónicos, recibió el diaconado y el presbiterado, acabando por cantar su primera misa en Valladolid.

En 1556 bajo a Sevilla y con otros 5 frailes que venían a las indias se embarcó en la armada que la casa de contratación despachaba aquel año, a mediados del siguiente año llegaba a esta ciudad de los Reyes, se incorporó a la universidad y contribuyo a su organización, actuando poco después en sus aulas como catedrático en teología, pero su existencia en el convento del Rosario fue en ocasiones interrumpida pues el Rdmo de Quito fray Pedro de Peña(56) en carta dirigida a los inquisidores de la suprema con fecha del 15 de abril de 1578, dice que el padre de la Cruz había tenido ausencias viajando a Charcas y Chucuito a adoctrinar indios, luego añadía que el arzobispo de los Reyes lo tenía propuesto como su adjutor(57) ya hemos leído que el priorato del padre de la Cruz no se debió a la libre determinación de sus electores, sino al favor del provincial fray Pedro de Toro, su amigo y confidente sin embargo su actuación en el cargo fue correcta y la disciplina se mantuvo, dentro de la relativa laxitud que predominaba aquí, debido a la fatal injerencia de los religiosos en las postreras contiendas civiles, por lo que atañe a la universidad no sufrió desmedro alguno pues el padre de la Cruz era un hombre ilustrado, sus relaciones con los catedráticos y doctores eran cordiales(58).

Hacia a fines de 1569 fenecía su periodo de gobierno el padre Francisco de la Cruz, y le sucedía en el cargo y en el rectorado de la universidad el Rdmo fray Alonso Guerra, quien desempeñaba el priorato del convento de san Pablo de Arequipa, era muy bien visto pues durante largos años se había desempeñado como cantor mayor, dirigiendo con mucho acierto sus funciones corales y litúrgicas.
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(40) El mismo ex gobernador Vaca de Castro vino a dar en la cárcel, víctima de los recelos del frenético Núñez de Vela, quien lo creía enemigo suyo y traidor a la causa del Rey, solo porque no secundaba su política.
(41) la población de nombre de Dios se trasladó después a Portovelo y con ella se fue el convento, pero no llego a arraigarse allí porque el clima era insalubre, se trasladó a Panamá donde se radico definitivamente.
(42) ver Meléndez, tesoros verdaderos de las indias tomo I libro IV pág. 408.
(43) fue procesado por el tribunal de la Santa Inquisición, pero no llego a ser ejecutado en persona por haber fallecido en la prisión, pero no obstante salió sentenciado a la pena de fuego, en el auto de fe que hizo el tribunal el 1 de abril de 1578, salió en estatua y fue incinerada con las formalidades del rito en el quemadero del pedregal, pues el santo oficio no respetaba la santidad del sepulcro ni el insondable misterio de la muerte.
(44) este religioso fue también perseguido por la Santa Inquisición, por el delito de haber escrito una carta quejándose de la tiranía que los inquisidores ejercían contra algunos frailes de su orden, como a la inquisición más les importaba su prestigio que la fe de Cristo, dieron orden de prisión contra él, pero el padre Vélez entendió que le estaban preparando una celada, con el pretexto de visitar sus conventos del norte se fue a Panamá y de allí a España, dejando burlados a los comisarios que le seguían los pasos muy de cerca, pero la Santa Inquisición tuvo la osadía de escribir a la suprema pidiéndoles lo hiciesen volver al Perú “para tomar de el satisfacción” pero en previsión de cualquier emergencia desagradable el padre Vélez paso a Roma, de donde no había poder para sacarlo dejando burlada a la Inquisición.
(45) ya había tenido aquí serias desavenencias con el virrey Toledo, quien se empeñaba en despojar a los dominicos de las doctrinas que administraba la orden en la provincia andina de Chucuito, para dárselas a los padres de la compañía de Jesús, para este efecto promovió diversas causas valiéndose de informaciones siniestras, que sus agentes secretos agitaban en los indios y que el padre de la Cerda supo esquivar con singular destreza, convencido que no le convenía malquistarse abiertamente con el virrey, quien era orgulloso y muy pagado de su criterio. Ver el libro gobernantes del Perú, tomo III correspondencias del virrey don Francisco de Toledo, paginas 304- 545.
(46) pues logro vindicar a la orden de las acusaciones que el virrey Toledo hiciera a sus doctrineros, y si no recobro toda la provincia de Chucuito pudo volver a la doctrina de Pomata, santuario de nuestra señora muy frecuentado por aquel entonces.
(47) ver morrelli fasti novi orbis, colección de bulas tomo II.
(48) los cronistas no andan de acuerdo a la sucesión de los obispos que ocuparon los primeros tiempos la sede de la Plata en las Charcas, a modo de ilustración los prelados de aquella iglesia desde su erección fueron: fray Tomas de San Martin, fray Domingo de Santo Tomas, don Fernando de Santillán quien fue oidor de esta audiencia, fray Pedro de los Reyes, fray Alonso Granero y Avalos, fray Alonso de la Cerda.
(49) dice el maestro Meléndez que antes de partir hizo ordenes generales en la iglesia del monasterio de la Encarnación de Lima, con singular ostentación y grandeza, pues aunque para sí mismo era muy humilde, cuando ejercía algún acto religioso importante lo hacía a lo grande. De tesoros verdaderos de las indias tomo I libro IV cap. XIII.
(50) el anterior prelado no dejo de si muy grata memoria, porque era tan sórdida su avaricia que solo trataba de acrecentar su renta, agraviando muchas veces a los doctrineros y prebendados, por eso andaba de ordinario muy mal avenido con su cabildo, y decía el Rdmo Lizárraga “que muy pocos se hallaron en su casa al tiempo de su muerte, y luego añade, más vale morir pobremente con bendición del señor qué rico y desamparado. Del libro descripción y población de las indias, libro I pág. 1923, Lima 1908.
(51) ver Meléndez, tesoros verdaderos de las indias, tomo I libro IV cap. 10.
(52) fue consultor del santo oficio donde era muy apreciado por sus dictámenes.
(53) esta María Pizarro era una moza alucinada e histérica, con cualidades de médium definidas pues cuando caía en trance lo hacía por auto hipnosis, entonces se apoderaban de ella entidades muy bajas, aquellas que se denominan espíritus burlones, que simulando ser ángeles o santos traían perplejos a los religiosos que acudían con exorcismos, ahí actuaron los Dominicos fray Alonso Gasco, fray Francisco de la Cruz, el provincial fray Pedro de Toro, los jesuitas Luis López y Jerónimo Ruiz del Portillo; todos ellos se fueron dejando sugestionar tan sutilmente por sus interlocutores ultraterrenos que acabaron por reputarlos espíritus bienaventurados y altísimos, porque en sus manifestaciones solían entremezclar algunas verdades y enseñanzas morales, como suele enmascararse el mal hasta hoy.
(54) decía en su carta al Rey “sería un gran remedio para la cristiandad de esta tierra y para prevenir males, que su majestad enviara a esta ciudad de los Reyes a la inquisición” sin presagiar que moriría en manos de ella.
(55) se llamaba Pedro García Chiquero y Marina Sánchez, ambos cristianos viejos y de laudables costumbres.
(56) aunque este prelado era de la orden de santo Domingo, mas pudo en el su afecto a la inquisición que su espíritu de cuerpo, pues fue el más violento acusador de los infortunados frailes que habían tenido la mala suerte de caer en manos del feroz tribunal, falleció en Lima durante el III concilio y se enterró en la capilla del santo oficio legando todos sus bienes al tribunal de la inquisición.
(57) ver Medina, historia de la inquisición de Lima, tomo I.
(58) a la sazón servía ahí la catedra de maestro de las sentencias.

viernes, 16 de mayo de 2014

ANITA


LA UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS (SEGUNDA PARTE)

Lánguidamente había vencido el primer año de estudio en esta universidad de san Marcos, solo se habían leído en sus aulas determinados cursos preparatorios y de escasa importancia, luego que el padre maestro San Martin comenzó a intervenir en su organización, obtuvo que la comunidad Dominicana conviniese en contribuir al sostenimiento de dicha institución, con una renta anual que se fijó en 350 pesos de oro, suma apreciable para aquella época y más si se tiene en cuenta que la situación económica de la orden no era a la sazón muy holgada, puesto que sus ingresos ordinarios soportaban aun las consecuencias de las tiránicas depredaciones de Carvajal y de sus huestes.

Desgraciadamente todas las actividades del insigne fundador de esta universidad de san Marcos, quedaron más o menos esbozadas y en embrión, pues cuando más le preocupaba el éxito de esta institución educativa esperando verla surgir en breve con la lozanía que bien se merecía, esta universidad tan nueva y peregrina en estas tierras y donde sus pobladores hasta entonces solo habían entretenido sus ocios con conquistas sangrientas y guerras fratricidas, vino la muerte a cortarle el ímpetu poniendo fin a su días en marzo de 1554, con el sentimiento más espontaneo y sincero de toda la ciudad fue sepultado en la iglesia de su convento que él había edificado en gran parte (21).

Con el inesperado deceso del padre maestro fray Tomas de San Martin, la organización de la universidad sufría ruda prueba y debido a ello no pudo regularizar sus funciones y actos aquel año, ni en los dos subsiguientes pues los de 1555 y 1556 transcurrieron a través de sus aulas tardos e incoloros, no se lograron en ellas mayores progresos ni alcanzo su influencia a reflejarse en el medio, recién el año 1557 salía ya de su marasmo e inacción y comenzaba a cobrar la importancia que de su erección otrora se esperara, se celebró a mediados de julio de aquel año el cuarto capítulo provincial de los Dominicanos en el Perú, entre las disposiciones y ordenanzas que en él se sancionaron se tuvo en cuenta a esta real universidad, de su definitiva organización y futuros progresos, ya que de su feliz éxito tan interesada estaba la orden religiosa que lo cobijaba en los claustros, así como la propia ciudad de los Reyes que veía en el al germen de su futura grandeza.

Se reformo en efecto las cátedras menores que comprendían el curriculum artium, se ampliaron los cursos de teología que regentara hasta entonces el padre fray Rafael de Segura(22) quien había venido actuando en el desde 1554, aunque con muy corto y limitado concurso debido acaso a la falta de estudiantes preparados(23) sin duda con el propósito de mejorar la marcha de dicha institución y de prestigiarla se acordó entonces que el rectorado de la universidad lo ejerciesen los priores del convento del Rosario, siguiendo en esto la practica ya establecida en otros centros de estudio de la orden(24) con reconocido provecho porque contribuía a alejar de las aulas las banderas y luchas eleccionarias y seleccionaba a su vez el rol de la prelacía, poniéndola siempre en manos de frailes letrados.

Era a la sazón prior del convento del Rosario el padre fray Francisco de San Miguel(25) y como tal asumió el rectorado en 1557, comenzando a realizar las reformas acertadas que al fenecer su periodo prioral en 1559, ya la universidad estaba organizada y funcionaban sus cátedras con mayor regularidad; es entonces que don Andrés Hurtado de Mendoza el primer marqués de Cañete, tercer virrey de este reino penetrado de la obligación en que su majestad estaba de amparar y sostener esta casa de estudios generales, le situó por vía de propios 400 pesos de oro de la real hacienda, despachando su real provisión el 18 de agosto de 1557, que entre otras cosas dice “acatando el bien y utilidad para el ennoblecimiento de este reino, de tener su propia universidad y se vean las artes y las ciencias, que ello sirva a Dios nuestro señor y a su majestad el Rey, por virtud de sus reales poderes que para ello tengo señalo y situó perpetuamente los cuatrocientos pesos de renta(26)

Procedía fray Francisco de San Miguel de la isla de Santo Domingo, cuyos conventos Dominicanos integraron un tiempo con los de nueva España la provincia de Santa Cruz de las indias, allí vistió el habito de la orden(27) en su oportunidad intervino en las humanitarias campañas que los beneméritos frailes de aquella provincia(28) llevaban a cabo en la isla Española e islas adyacentes a favor de la libertad y buen trato a los naturales, luego paso a servir al priorato del convento de la ciudad de México siendo uno de sus fundadores, y el primer prelado que la gobernara canónicamente, habiéndose creado años más tarde la nueva provincia de Santiago, con los conventos fundados hasta entonces en la nueva España, el padre San Miguel fue electo provincial de ella el año de 1534; fenecido su periodo de gobierno, se dedicó a predicar por diversas regiones y comarcas pues tenía para ello singulares dotes(29) años más tarde resolvió venir al Perú, con licencia de sus prelados bajo a tierra firme el año 1546, encontrándose en Panamá con el licenciado don Pedro de la Gasca que venía a pacificar estas provincias, de la Gasca era un perspicaz político y entendió que podía sacar buen partido de la autoridad y prestigio del padre San Miguel, para este efecto le facilito el viaje a este reino enviándolo con muchos despachos e instrucciones secretas para los leales, con amplios perdones para los rebeldes(30) la misión que lo traía al Perú no paso tan desapercibida más cuando Carvajal ya experimentaba los efectos de las arteras maniobras que el licenciado de la Gasca venia poniendo en juego, pronto pues se puso al acecho el feroz Carvajal y muy mal le hubiera ido al padre San Miguel, pero un indio Chimú lo escondió en las ásperas montañas de Olmos, cobijándolo en una desapacible cabaña y haciéndolo participe de su frugal sustento(31) pues Bartolomé de Villalobos teniente de Gonzalo Pizarro en san Miguel de Piura ya trataba de detenerlo y de ejecutar en el las drásticas órdenes del sanguinario maestre de campo Carvajal(32).

Poco más de un año se mantuvo recluido en aquel yermo, sufriendo las incomodidades y peligros inherentes a esa vida, solo salió a un poblado cuando su bienhechor pudo indicarle que el licenciado don Pedro de la Gasca se encontraba ya victorioso en esta ciudad de los Reyes.

Afiliado a los Dominicos en el Perú, el capítulo que esta celebrara el año 1548 lo asigno al convento de esta ciudad de los Reyes, aquí lejos ya del trafago y de las zozobras en que ocasionalmente lo enredara la turbia política del licenciado de la Gasca, comenzó a ejercitar su ministerio con el sosiego y la quietud que requiere la vida monástica, actuó como definidor en los capítulos provinciales de 1553, de 1560, de 1563; en 1559 fue prior del convento de la Plata en las Charcas, en 1561 sucedió en el provincialato al padre Gaspar de Carvajal, otrora célebre por su intervención en la búsqueda de la canela con Orellana, que dio por resultado el descubrimiento del rio Amazonas(33) concluido su periodo de gobierno en 1565 y ya viejo y cansado, acabo por retirarse a la vida privada recluyéndose en una celda del convento del Rosario, donde acabo plácidamente sus días el año de 1577(34).

Al benemérito padre San Miguel vino a sucederle en el priorato del convento del Rosario y en el rectorado y régimen de estudio de la universidad el padre fray Tomas de Argumedo, quien ejerció ambos cargos desde 1559 hasta 1562 actuando en ellos con singular acierto, pues en su tiempo se incrementaron no poco los estudios, habiéndose incorporado muchos sujetos seculares graduados en diversas universidades de la península, las disciplinas y usos escolásticos comenzaron a tomar forma y a desarrollarse de acuerdo con las tradiciones universitarias Españolas.

Aunque no se puede precisar la fecha en que el padre Argumedo salió de España, se puede deducir que vino al Perú coincidiendo con la azarosa época de las guerras civiles y rebeliones armadas, que a raíz de la llegada de Núñez de Vela y de la promulgación de las severas ordenanzas de Valladolid estallaron en todo el país, entre los años 1544 y 1548 pues en diversas escrituras que en los años anteriores hubieron de ir otorgando los frailes Dominicanos del convento del Rosario, no figura este religioso entre sus capitulares(35) aunque se puede argüir que por aquella época pudo morar en otro convento, ello es lo menos probable por tratarse de un fraile docto cuyas letras encontraban indudablemente aplicación en esta capital del reino; pero sea de ello lo que fuera lo cierto es que cuando fray Tomas de San Martin volvió de España, y en 1554 comenzó a organizar la universidad, uno de los religioso que a ello contribuyo fue el padre Argumedo, a quien se le encargaron algunas cátedras, en 1557 lo encontramos regentando la de teología probablemente como sustituto del padre Segura, quien fue el primer catedrático de aquella ciencia(36).

Actuó como definidor en el capítulo provincial de 1557, en aquella asamblea se promulgaron las letras patentes del Rdmo maestro general de la orden que le conferían el grado académico de presentado, que equivalía al de licenciado o bachiller siendo el primer religioso de su orden que lo obtuvo en el Perú(37) más tarde en la congregación provincial intermedia que el año 1559, celebro en el convento del Rosario de Lima el padre fray Gaspar de Carvajal, lo nombro predicador general por el convento de santo Domingo de Potosí, ese mismo año se le nombro prior de su convento donde logro vigorizar en breve la disciplina monástica, hasta entonces bastante descuidada porque los frailes andaban de ordinario fuera de sus claustros, ya que las guerras civiles habían infiltrado su veneno en todos los estados, muy considerablemente en el eclesiástico alentando en clérigos y frailes la insubordinación, la codicia y cierto espíritu aventurero y tornadizo(38).

Ponderando pues la trascendencia de aquellas reformas y recordando los días idos de su juventud, decía años más tarde el Rdmo Lizárraga “fue prior de esta casa el muy religioso maestro fray Tomas de Argumedo, varón docto y de mucho ejemplo el cual el año 1560 me dio el habito, este religioso varón fue el primero que en nuestro convento comenzó a poner orden en el coro, que hasta entonces no lo había por no haber religiosos que la sustentasen, en pocos meses tomamos más de 30 el habito con los cuales y los demás sacerdotes del convento, se comenzó de día y de noche, como en el más religioso de España a guardar la observancia de la religión(39) acabo el padre Argumedo su periodo de gobierno en 1562, entonces o poco después debió tornar a España o alguna parte de las indias, donde acabaría en paz sus días pues en ninguno de los capítulos provinciales del Perú aparece denunciado su fallecimiento.


(21)- se dio sepulcro a su cuerpo sobre las gradas de la capilla mayor, junto a la peana del altar, al lado del evangelio, Meléndez- tesoros verdaderos de las indias tomo I libro II pág. 142.

(22)- quien fue el primer catedrático que leyó teología en esta universidad, antes que este se organizara dictaba ya el curso a los estudiantes del convento del Rosario, en la congregación provincial intermedia que celebro el padre fray Gaspar de Carvajal en el convento del Rosario de Lima, en setiembre de 1559 el padre maestro Segura fue asignado al convento de Quito, para que organizase allí los estudios. Meléndez- tesoros verdaderos de las indias tomo I libro IV pág. 386.

(23)- y es de advertir que las demás órdenes religiosas establecidas en Lima, siempre se mostraron hostiles a esta universidad.

(24)- como en Ávila, Pamplona, en Santa Fe y en la Española.

(25)- había sucedido en el cargo al padre fray Juan Bautista de la Roca, quien la obtuvo durante el trienio de 1553 al 56.

(26)- Meléndez, tesoros verdaderos de las indias tomo I libro II cap. X pág. 185.

(27) – dice el maestro Meléndez que fue el primogénito de aquella provincia; del libro tesoros verdaderos de las indias tomo I libro IV pág. 390.

(28)- a ella pertenecía el Rdmo don fray Bartolomé de las Casas, quien solicito ahí el habito de la orden, cautivado por la actividad con que sus frailes defendían a los naturales.

(29) – y dice al intento el Rdmo Lizárraga “le dio nuestro señor este don, tenía en su mano al auditorio para alegrarlos, o para compungirlos y hacer derramar lágrimas. Del libro descripción y población de las indias libro I, cap. XXVI Lima 1908.

(30)- Diego Fernández el palentino en su historia de las indias parte I libro II pág. 77.

(31)- y en recompensa del beneficio que recibiera de aquel, consiguió que el licenciado la Gasca exonere al indio y a sus descendientes del pago de los tributos. Meléndez tesoros de las indias tomo I libro II.

(32) ver diego Fernández el palentino, parte I cap. 32 de la historia de las indias.

(33) el padre Carvajal escribió la relación de aquel viaje, y habiéndose mantenido ella inédita por más de tres centurias, don José Toribio medina lo edito en Sevilla en 1894, a expensas del duque de serclaes de tilly. Ver Angulo, de la orden de santo domingo pág. 48, Lima 1908.

(34) ver Meléndez tesoros verdaderos de las indias, tomo I libro IV pág. 387.

(35) ni aun en 1545 año en que se otorgó la escritura de enajenación de la capilla de san Jerónimo a favor del conquistador Jerónimo de aliaga. Ver revista del archivo nacional tomo II.

(36) véase la nota 23 de esta monografía.

(37) ver Meléndez tesoros verdaderos de las indias, tomo I libro IV cap. VII pág. 385.

(38) y como la dilatada extensión de la diócesis y los difíciles medios de comunicación contribuyeron a propagar aquellos abusos, fue menester que el rey despachase diversas cedulas, encargando a los obispos que contuviesen a sus súbditos, ordenando a las audiencias y jueces reales que remitieran a la península “a buen recaudo” a todos aquellos clérigos vagos y frailes apostatas que pululaban por las doctrinas y asientos mineros, alborotando a los indios y fomentando pendencias; ver cedulario arzobispal de lima, tomo III y siguiente de la revista archivo nacional del Perú.

(39) ver Lizárraga descripción y población de las indias, libro I cap. XXVI.