lunes, 28 de septiembre de 2015
A LA MADRE TIERRA (LA PACHAMAMA)
Sabia del orbe, inagotable arteria
Con un inmenso poder vital
Ni justa ni injusta, sino creadora
Infinito vaso de concepción universal
Divinidad en interminable alumbramiento
Madre toda, seno y sin sentimiento
Porque no tiene la sensibilidad del humano
Con indiferencia mira el nacimiento de un microbio
Como la desaparición total de un astro
Llenaría un abismo con el cadáver de la humanidad
Solo para que sirviera de puente a una hormiga
Tierra fénix divino, sin morir renaces
Madre fecunda, sin nacer existes.
viernes, 11 de septiembre de 2015
"LA CORRIENTE DEL NIÑO"
Cuentan que en 1802 observo Humboldt
por primera vez la majestuosa marcha de las frías aguas del mar antártico hacia
las regiones equinocciales, formando la gran corriente austral que algunos
geógrafos llaman “corriente Peruana” y otros “corriente de Humboldt” a cierta
latitud varia su curso hacia el oriente, bifurcándose a los 43° de latitud sur,
uno de sus brazos se dirige al S.SE. Pasando por el estrecho de Magallanes y el
cabo de Hornos hasta penetrar en el atlántico, mientras que el otro brazo corre
hacia el E.NE. bañando la costa de América del Sur hasta el paralelo de Arica,
pasada esta inflexión que forma allí la costa, continua su marcha en dirección
N.O. hasta la altura de Cabo Blanco a los 5° de latitud S. donde se aparta
bruscamente de la costa para tomar la dirección O.NO. Pasando unas 20 leguas al
N. del archipiélago de Galápagos y perdiéndose en la corriente ecuatorial del
pacifico.
Formada la corriente Peruana o de
Humboldt por las aguas glaciales del mar antártico, su temperatura es más fría
que la del mar que atraviesa en su marcha, pero a medida que avanza hacia la
línea equinoccial la temperatura de la corriente va elevándose como es natural,
para ponerse en equilibrio con el calor del resto del mar, la anchura de este
rio oceánico varia y a la altura del Callao se ha observado que se extiende de
100 a 120 millas, en Paita 180 y en Galápagos 800 millas; entre la costa del Perú
y el océano pacifico se interpone pues un ancho rio de aguas 6 u 8 grados más frías
que la de los mares que atraviesa, dada la temperatura de estas aguas los
vapores que de ellas se desprenden son poco considerables, así en toda la costa
del Perú en todo el año reinan vientos del S.SO. A S.SE. Vientos que arrastran
hacia la cordillera de los andes los pocos vapores desprendidos de las frías
aguas de la corriente Peruana o de Humboldt cuya dirección siguen, si a esto se
agrega la fuerte irradiación nocturna del calor absorbido durante el día por
los arenales de la costa, esta irradiación produce una fuerte corriente
ascensional se comprenderá fácilmente porque no tenemos lluvias en la costa
peruana.
Sin embargo en la parte norte suelen
caer fuertes lluvias, en estas raras ocasiones entre las que median a veces
periodos de varios años, aquellos áridos y calcinados terrenos se cubren de un
manto de verdor, dicen algunos ancianos piuranos que en los años de lluvia se
ve formarse durante el día enormes y negros nubarrones en el O. que van
elevándose lentamente hasta que soplando el NO. Empieza la lluvia, en ciertos
momentos suele venir un fuerte viento del S. o SO. Entonces caen con estrepito
verdaderas cataratas, pero su duración es corta, las lluvias de larga duración
los aguaceros llamados “tesoneros” que empiezan al anochecer y no terminan hasta
la salida del sol del día siguiente van siempre acompañadas con brisas del NO.
En el año 1822 M. Lartigue a bordo de
la fragata Francesa “la Cloride” observo una corriente que partiendo
probablemente del golfo de Guayaquil se dirigía al sur, muy pegada a la costa y
el capitán Fritz Roy en su derrotero dice:
“va a lo largo de la costa con
dirección S. y velocidad igual o mayor que la corriente Peruana o de Humboldt,
no se conoce la periodicidad de esta corriente y ni las estaciones ni la edad
de la luna, ni otras causas comunes parecen tener influencia, los marinos
viejos y acostumbrados a los viajes por estas costas no pueden indicar la causa
de tales cambios, solo saben que tiene lugar y aprovechan sus efectos en esa
oportunidad, durante mis observaciones esta contracorriente fue notada con
frecuencia inmediatamente antes y durante los vientos del N.”
El comandante Carrillo de la armada Peruana
decía:
Los marinos Paiteños que navegan
frecuentemente cerca de la costa y en embarcaciones pequeñas, conocen esta
corriente y la denominan “corriente del niño” porque ella se hace más visible o
palpable después de la pascua de navidad”
Este fenómeno digno de estudio y que
ocasionalmente se presenta en la costa norte del Perú, formada por una
contracorriente de agua de alta temperatura que se interpone entre el
continente y las aguas frías de la corriente Peruana o de Humboldt, se deja
sentir en la pascua de navidad y coincide con la aparición de los vientos del
N. aseguran algunos marinos viejos lobos de mar, que aquella contracorriente
del golfo de Guayaquil, se presenta en los meses de estío pero en general es
tan débil que solo los muy prácticos la notan, pero las de fuerza
extraordinaria por su caudal arrastran restos de grandes lagartos así como
troncos hasta las playas de Pacasmayo, esta contracorriente cálida produce sin
duda una evaporación anormal, arrojando este excedente de humedad atmosférica al
suelo de nuestra costa.
El padre Cobo dice que llovió en el
obispado de Trujillo en 1578; en Piura dice una publicación hecha por don
Santiago Távara llovió en 1728 y el rio rompió la represa de tajamar que
existía frente a la ciudad de Piura, arrastro todas las manzanas de la calle de
san Francisco del lado del rio hasta la Merced; el cura Sierra de Catacaos dice
que restableció los daños edificando una obra nueva en 1790 y cuentan que
estaba la gente asistiendo a su estreno cuando la fuerte lluvia aumento el
caudal del rio, rompió la pared y arrastro a los que estaban encima de ella,
hubo varios muertos y ahogados solo lograron salvarse algunas señoras que en
esa época usaban aros en los vestidos, quedando suspendidas en la superficie
porque el agua metida entre el faldellín y contenida por el aro y la parte
inferior de aquel hacia el oficio de boya, dicen los relatos del vulgo que
hasta el año 49 vivió la señora Sota una de las que se salvó gracias al aro del
vestido.
Hubo otra lluvia fuerte en 1804 y
siguió varios años de esterilidad, el 1 de febrero de 1814 a las 5 de la mañana
ocurrió un gran terremoto que ocasiono muchos daños y que fue seguido de
abundantes lluvias; el cosmógrafo señor Paredes cuenta así de las lluvias
ocurridas en 1828:
“a fines del mes de marzo aparecieron
de Trujillo a Piura inmensas lluvias, tempestades de relámpagos y truenos,
desconocidos por esas partes de la costa, desbordes de ríos e inundaciones, en
el despoblado de Sechura hacia el punto de Cabo Verde se formó un nuevo y
caudaloso rio que detuvo el paso de las gentes por varios días mientras
hallaron un vado, otros se extraviaron por la transformación que hicieron las
aguas en el terreno, en Piura llovió 14 días”.
Lo mismo ocurrió el 1 de febrero de
1845 a las 2 de la tarde sobrevino un terremoto seguido de lluvias
extraordinarias, otras fuertes lluvias ocurrieron en 1884 y 1891.
Feijoo de Sosa trasmite la noticia de
copiosas lluvias en la ciudad de Trujillo y sus campos en 1701, 1720 y 1728,
nos dice que la de 1720 se extendió hasta la provincia de Lambayeque y causo la
ruina de la ciudad de Zaña, la de 1748 cuenta que duro 40 días en la que corrió
ríos de agua por las calles y plazas de la ciudad de Trujillo, luego
rememorando cuenta que ocurrió un gran terremoto en Lima la ciudad de los reyes
el 20 de octubre de 1687 y al que atribuye la perdida de las cosechas de trigo,
cuyo cultivo fue preciso abandonar se expresa así:
“en esta ciudad de Trujillo donde este
terremoto solo se percibió como ruido, sin conmoción particular afecto a los
cultivos, el valle de Chicama daba 160,000 fanegadas de trigo siendo su precio
regular el de 8 reales, teniendo cada fanega 5 arrobas y 5 libras, la mayor
parte se llevaba a Panamá y al puerto de Guayaquil, para cuya conducción
estaban 6 bajeles en los puertos de Malabrigo y Huanchaco, era tal la
fertilidad del terreno que regularmente ofrecía 200 por 1, la maligna
influencia que se supone pudo comunicarse por el aire o por los poros de las
venas ocultas de la tierra, se extendió a las provincias de Lambayeque y Piura,
quedando estériles las campañas de estas costas sin que fuera posible hacer
nada durante 30 años”.
El historiador López de Gomara nos
cuenta que con esa inclinación propia de los pueblos primitivos, los
indígenas de la costa habían buscado una razón sobrenatural a la falta de
lluvias, según ellos al principio del mundo vino por la parte septentrional un
hombre que fue llamado Con, el cual no tenía huesos y andaba mucho y ligero, acortaba
el camino bajando desde la sierra y alcanzando el valle, solo con su palabra y voluntad como hijo del
Sol que era, lleno esa parte de la tierra de hombres y mujeres a los que crio,
les dio mucha fruta y pan y demás cosas de la vida, mas muchos de sus creados lo hicieron enojar por sus
actitudes y comportamientos negativos, es así que volvió la buena tierra en
arenales secos y estériles, les quito la lluvia y nunca después llovió allí,
solo les dejo algunos ríos de puro piadoso para que se mantuvieran con
regadillo y mucho trabajo.
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