Chinatown (en español: Barrio
chino) es una película estadounidense de cine negro-dramática de
1974 dirigida por Roman Polanski y protagonizada por Jack
Nicholson, Faye Dunaway y John
Huston. La película ganó el Oscar al
Mejor Guion Original y fue candidata a 10 premios más. Desde su estreno es
considerada simultáneamente como un film clásico y de
culto.
Forma parte del AFI's
10 Top 10 en la categoría de "Películas de misterio".
Trama
Los
Ángeles, Años 30. El detective privado Jake
Gittes (Jack
Nicholson) recibe la visita de una mujer que dice ser la esposa del
ingeniero de la compañía de agua de la ciudad, Hollis Mulwray (Darrel Zwerling), y que cree que
le está siendo infiel; si bien, la verdadera esposa de Mulwray, Evelyn (Faye
Dunaway) se presenta también en la oficina del detective en días
posteriores, después de que Gittes hace el ridículo por haber sido ingenuamente
engañado por la primera mujer, que luego se hace llamar Ida Sessions (Diane Ladd).
Cuando Mulwray es asesinado, Gittes es contratado, dos veces, por dos
diferentes clientes, para investigar el caso; y es entonces que empieza a
descubrir que detrás de todo, como cabe esperar, está un enorme negocio
inmobiliario, secretos familiares y mucha codicia.
Esta es una parte del dialogo entre el detective
privado y el padre de Faye Dunaway:
Tiene una reputación pésima señor Gittes, me gusta
eso; si fuera presidente de un banco sería distinto, pero en su trabajo es
admirable además de buena publicidad, por eso atrajo a una clienta como mi
hija.
Es probable.
Aunque me sorprende que siga trabajando para ella,
a menos que de repente haya encontrado otro marido.
No, resulta que piensa que el anterior fue
asesinado.
¿Y de dónde saco esa idea?
Creo que yo se la di.
Dígame ¿Qué dice la policía?
Para ellos fue un accidente.
¿Quién está a cargo de la investigación?
Lou Escobar, un teniente, trabajamos juntos en el
barrio chino.
¿Diría que es un hombre capaz? ¿Honesto?
Dentro de lo que cabe, claro que todos nadamos en
el mismo rio.
¿Qué sabe de mí exactamente?
Fundamentalmente que usted es rico y demasiado
respetable para querer ver su nombre en los periódicos.
Claro que soy respetable, soy viejo, los políticos,
los edificios feos y las prostitutas se vuelven respetables; si duran lo
suficiente.
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