La nao de los peruleros se le llamaba en ese entonces a las naves que
venían del Perú, llegaban a México por lo general en 30 días llevando
azogue, cacao, aceite, casi siempre con un tonelaje de 3,000 a 3,800
quintales, tan pronto se sabia que en Acapulco habían visto las naves peruleras, repicaban las campanas de la catedral
convocando enseguida a la plegaria, así era la gran amistad de los dos
ex imperios aztecas e Incas.
Las naves peruleras llevan y traen gentes notorias, don Fernando
Pizarro llego en 1539 por la ruta de Tehuantepec, don Bernardini Álvarez
de quien su cronista Juan Díaz Arce (México 1762) en el capitulo segundo dice "por el socorro que una mujer le hizo, paso de
México al Perú como soldado, se enriqueció en el Cuzco, el padre Bernabé
Cobo que estuvo aquí vio las limas llevados del marquesado".
Fray Bartolomé de Ledezma de la orden de predicadores iba en el sequito
del virrey Enríquez de Almanza, fue catedrático de prima de sagrada
teología, siendo promovido mas tarde al obispado de Oaxaca, donde fundo
el colegio de san Bartolomé para la educación de los oaxaqueños pobres,
también llego en las naves peruleras aquel trotamundos celebre, el
licenciado don Pedro Ortiz de Ceballos, ingreso por san juan de Ulúa y
se encanto de esta tierra.
También se cuenta que siendo virrey don Gaspar de Zúñiga y Acevedo,
conde de monterrey a eso de finales de diciembre de 1605, llego al
puerto del Callao el galeón "Acapulco" recibiendo el mencionado virrey
preciosa presea nada menos que el libro del "Quijote" que le enviaba un
amigo; era constante el comercio entre el Callao, Guayaquil y México, se
sabían todas las noticias que pasaban aquí en el Perú, como por
ejemplo:
En 1677 un peruano regalo un rico blandón de 300 marcos de plata, de mas
de dos varas y media de alto para nuestra señora de Guadalupe, por
haber sido favorecido durante la gran tempestad que tuvo en su viaje, el 27 de
marzo de 1680 se supo de la beatificación del arzobispo Toribio Alonso
Mogrovejo.
En julio de 1682 llego a México un canónigo de babilonia procedente del
Perú, don Elías de San Juan portando bula de clemente y cedula real,
dicen que llamaba la atención su sotana de seda y el cuello
blanco y la turca sobre la ropa; otro gran limeño que también llego a
tierras aztecas en la nao de los peruleros fue fray Melchor de
Talamantes, mercedario que en el castillo de san juan de Ulúa hallo su
tumba por su ideología insurgente; en el bergantín Ingles "Sara" cuya
noticia fue publicada en la gaceta del gobierno imperial de México (1 de
marzo de 1823) se comentaba en el puerto de san Blas del éxito de la
expedición compuesta de 5 mil hombres, de los cuales cerca de tres mil eran colombianos, el resto estaba compuesto de
peruanos y guayaquileños, fueron en auxilio de don Simón Bolívar al
mando del general Alvarado, quien era natural de Salta y habían salido
desde el puerto del Callao a los puntos intermedios para atacar al
ejercito realista que estaba al mando de la Cerna.
Oración del siglo
Romance del tiempo
Que en los campanarios
Repican recuerdos
La posesión de tesoros
No allega amigos
Sino solo envidiosos
No nos hace en apariencia amados
Pues en verdad somos aborrecidos
y mal vistos de todos
Poner la esperanza de mi defensa
En los que en secreto me hacen guerra
Y llaman gente en contra mía
Es una necedad muy conocida.
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